La exclusión de más de 130 mil jóvenes de la educación superior es un grave problema, pero no se debe a los estudiantes ni a su falta de capacidad, sino a una falla estructural de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y otras instituciones públicas que no han ampliado la matrícula, destacó el experto en el tema Axel Meléndez.

“Hay que cuidar a esos 130 mil estudiantes que no ingresaron a la máxima casa de estudios; primero que no haya suicidios, hace ya varios años que no los hay, pero han ocurrido por desaliento, por la falta de oportunidades, y segundo hay que estar atentos a que esos jóvenes no sean cooptados por el crimen organizado”, advirtió.

Con los resultados del examen de admisión se truncaron sueños, ilusiones, expectativas de vida, y ahí está la responsabilidad del Estado de garantizar educación a todos los que lo demanden. Está ya en la Carta Magna, ahora hay que cumplirlo, subrayó.

El analista reconoció: la UNAM, la UAM, el IPN, y mucho menos la UACM, pueden cubrir la demanda de 140 mil aspirantes a una licenciatura. La UNAM tienen que exigir mayores recursos, pero ni así cubriría la fila de más de cien mil estudiantes formados para ingresar a sus aulas.

–¿Es responsabilidad de la UNAM dejar fuera a 130 mil solicitantes?

–No, desde luego que ninguna universidad puede recibir a 130 mil o 140 mil alumnos en un semestre, eso es imposible, pero lo que sí pueden hacer las universidades públicas autónomas es coordinarse y ver cómo pueden atender esa demanda y distribuirla”.

La UNAM, resaltó el investigador, debe replantear el examen de admisión. Primero analizar por qué las mujeres son excluidas. Sí, más de 50 por ciento de ellas quedan fuera, hay que ver por qué.