El escritor José Agustín, fallecido en enero pasado, era un melómano empedernido, que todo el tiempo se inspiraba con música, para su vida y quehacer literario, compartió su hijo José Agustín Ramírez Bermúdez, a propósito de la redición de La nueva música clásica, que será presentada el 25 de julio.

El volumen, editado en esta ocasión por Grijalbo, reúne dos versiones de la crítica y crónica que realizó José Agustín, publicadas en 1968 y 1985, con el propósito de analizar la música en dos importantes periodos y la revolución de ese ámbito. El libro incluye un prólogo del poeta y artista Alberto Blanco y un texto de Ramírez Bermúdez.

El hijo menor del novelista refirió a La Jornada que su padre escuchaba música todos los días, de forma independiente a lo que estuviera escribiendo o lo que fuera que hiciera. Despertaba tarde y de inmediato tenía que tener un equipo de sonido excelente y escucharla a todo volumen.

El escritor José Agustín (Acapulco, 1944-Cuautla, 2024), continuó su hijo, escuchaba “lo que estuviera gustándole más o sus clásicos, o algo nuevo que le habían recomendado; era el rock o regresar a las ondas tropicales mexicanas. Todo el tiempo. Si estaba escribiendo un libro que tenía que ver con la música, se clavaba mucho más, o hacía antologías con canciones en casetes y luego en discos compactos, o haciendo el soundtrack de sus novelas, como Ciudades desiertas u otras”.

Ramírez recordó: A veces le subía a niveles estruendosos, aterradores, a lo que fuera, música clásica o rock. Eso era siempre parte de su vida y de su quehacer literario. En su estudio, tenía equipo de sonido y en todos lados. Tenía su música más privada cerca, colecciones en acetatos, de los de 45 revoluciones, casetes y discos compactos. La música por Internet no le tocó tanto.

Entre los compositores clásicos que escuchaba su padre, refirió el artista, estaban Schubert, Beethoven, Mozart, Haydn, Chopin, Khachaturian, Ravel, Rossini, Dvorak, Debussy, Bach y Vivaldi, y los modernos Philip Glass, Michael Nyman, Gavin Bryars, etcétera.

En La nueva música clásica, añadió el también dibujante, se puede apreciar el marco filosófico agustino de su papá, a quien “se ve un poco más rebelde o radical, aunque siempre fue polémico. Está presente en su obra el amor por las artes, especialmente, la música y la literatura, pero también el cine.

El libro tiene las influencias y las raíces de lo que él propone. Se nota bastante de su esencia y su persona, radical en sus concepciones, incluida la de canonizar al rock ya al nivel de la música clásica y cosas así.

El texto aborda artistas y agrupaciones como Bob Dylan, los Beatles, los Rolling Stones, The Doors, Ravi Shankar, Pink Floyd, The Byrds, entre muchísimas otras, y enlista al final de cada uno de los dos apartados principales una discografía elemental.

Ramírez Bermúdez comentó que es un ensayo que también es autobiografía: “se relaciona con su texto autobiográfico principal, El rock de la cárcel. Sólo en estos dos se toma como personaje o hace autoficción, dirían ahora. Quizá por eso fue relegado años, incluso de las obras completas que ya se habían intentado. Es un texto raro, que no es novela, ni cuento ni ensayo, estrictamente”.

Aventuró que fue pasado por alto, porque primero fue una plaqueta de la colección Cuadernos de la Juventud. Ahí, José Agustín llamó por primera vez al rock la nueva música clásica, que no se acababa de aceptar.

Sobre su escrito que cierra el volumen, José Agustín Ramírez dijo que con él trató de aterrizar la importancia de esta obra dentro de la carrera de José Agustín, a quien se le relaciona mucho con el rock; este libro era muy querido y buscado por todos aquellos que ven la obra de mi padre relacionada con la música.

Refirió que José Agustín conservó el título de la primera colección de textos y desechó lo que tenía para la edición de 1985, una nueva serie de artículos que publicó sobre el rock en periódicos y revistas. “Les da orden cronológico donde más o menos va recorriendo la historia de ese género. Es mucho más completo, serio; todavía un poco misceláneo y loco.

José Agustín se ocupó de volver a hacerlo; incluso, revalorar algunos artistas y cosas, como con Angélica María, a quien en la primera edición dedica bastantes páginas y llena de elogios, pero en la segunda parte hace un análisis más realista de ella, quien fue su pareja brevemente.

Se prepara documental

Ramírez Bermúdez informó que están organizando los documentos de su padre, quien “escribió muchísimo en libretas y no sabemos bien a bien qué hay ahí, pero él no lo consideró para publicar. Estamos recuperando la poesía que hizo y nunca quiso editar. Están todos sus discos.

Su casa y su estudio son una caja de Pandora, un arca del tesoro con muchísimas cosas; no sé si publicables, pero por lo menos importantes en cuanto a algún trabajo documental que estamos queriendo hacer. Es muchísimo que revisar. Él era su propio coleccionista. Recortó, pegó y guardó todo lo que hablaba sobre él, bueno o malo... las entrevistas que le hicieron.

Informó que junto con la conductora Margo Cortázar está trabajando en un proyecto de documental llamado, preliminarmente, Cerca del fuego, para el cual grabaron en la exposición que se realiza en el Complejo Cultural Los Pinos en honor de José Agustín. La intención es que se revise toda la obra y vida de mi papá.

El volumen La nueva música clásica: 1968-1985 será presentado por Andrés y José Agustín Ramírez Bermúdez, con el acompañamiento de exponentes del ámbito musical, el jueves 25 de julio en el Multiforo Cultural Alicia (Eligio Ancona 145, colonia Santa María la Ribera).