l jueves pasado tuve el gusto de participar en la presentación del cuarto Informe Nacional Voluntario de México 2024, el cual dio cuenta de los avances y aprendizajes de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible en el país. Esa agenda global, aprobada en 2015 por 193 estados miembros de Naciones Unidas, busca erradicar la pobreza en todas sus formas y construir sociedades más inclusivas, equitativas, sostenibles y en paz.
Lamentablemente, a nivel mundial las metas trazadas por los 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS) sólo han avanzado 17%. Por su parte, el informe presentado por la Secretaría de Economía, y que México presentará en la sede de la ONU la semana que viene, brinda un panorama positivo y alentador, con un avance aproximado de 69.7%.
Más de 5 millones de mexicanos abandonaron la condición de pobreza entre 2018 y 2022. La desigualdad ha disminuido significativamente y mientras en 2018 las personas del decil más rico ganaban 21 veces más que las personas del decil más pobre del país, esta brecha se redujo en 2022 a 15 veces. Es un resultado notable en un contexto mundial caracterizado por múltiples crisis, incluyendo conflictos armados, el cambio climático y los efectos persistentes de la pandemia de covid-19.
Me gustaría resaltar algunos elementos de este cuarto Informe Nacional Voluntario.
El primero es la pluralidad de voces que se suman. Además del informe nacional, México habrá presentado 35 informes de gobiernos locales sobre la Agenda 2030 antes de que finalice el año, posicionándose como uno de los líderes mundiales en estos ejercicios de rendición de cuentas.
Además, las perspectivas y contribuciones de las juventudes, sociedad civil, academia y sector privado se complementaron por primera vez con un informe del sector sindical, lo cual refleja la importancia que ha cobrado el ámbito de los trabajadores y las políticas públicas laborales en la discusión mexicana sobre el desarrollo sostenible.
El segundo elemento es la centralidad del espacio rural para el desarrollo sostenible. Como lo subraya el informe, más de 70% de las metas de los ODS están vinculadas con el ámbito rural. El campo y sus habitantes se presentan como los grandes protagonistas del desarrollo del país. Gracias a políticas públicas dirigidas hacia la ampliación de sus derechos y servicios básicos, la mejora de sus economías y su bienestar, los habitantes del campo han agregado valor a la riqueza de sus territorios, cuidando al mismo tiempo los servicios ecosistémicos y dando un lugar privilegiado a su cultura e identidad.
De tal cuenta, más de 1.5 millones de actores agrícolas, principalmente de comunidades indígenas, tienen hoy medios de vida fortalecidos y autosuficiencia alimentaria, a la vez que sus sistemas productivos combaten la degradación ambiental gracias a la reforestación de más de un millón de hectáreas. De ellos, 146 mil son mujeres sembradoras con ingresos económicos estables, sujetas de derechos agrarios y usufructuarias de la tierra que trabajan.
Asimismo, más de 2.5 millones de jóvenes han contado con una beca mensual y aprendizajes para integrarse a una actividad productiva, potenciando la cohesión social y su autonomía económica.
Noto también que 112 colectivos de arte textil y orfebre de pueblos indígenas y comunidades afromexicanas cuentan ahora con economías y capacidades fortalecidas como creadores de arte, defendiendo y promoviendo su patrimonio cultural e identidad artística.
Como parte de este gran esfuerzo de desarrollo, el Sistema de Naciones Unidas ha servido a la sociedad mexicana colaborando con una gran diversidad de iniciativas.
Celebramos que con la presentación de este informe México reafirma su compromiso con la visión compartida del desarrollo plasmada en la Agenda 2030. Será una contribución clave en el Panel Político de Alto Nivel que se lleva a cabo en la sede de la ONU del 8 al 18 de julio bajo los auspicios del Ecosoc para que los estados miembros den cuenta de sus avances.
A la luz del camino recorrido, reconocemos el trabajo conjunto realizado con el gobierno que pronto terminará su mandato y, a seis años del plazo trazado para el cumplimiento de la Agenda 2030, confiamos en que el gobierno que asumirá funciones en octubre impulsará con fuerza éstos y nuevos frentes del desarrollo sostenible.
El Sistema ONU en México estará ahí para apoyar ese impulso y el trabajo de todos los actores públicos y privados que trabajan por la Agenda 2030 con acciones audaces en beneficio de quienes más lo necesitan.
* Coordinador residente de la ONU en México