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Deja el FCE legado en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes

El acto es un gesto de memoria y resistencia del pensamiento

Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 11 de julio de 2024, p. 3

Madrid. El director del Fondo de Cultura Económica (FCE), Paco Ignacio Taibo II, depositó en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes de Madrid el legado de la casa editorial, que se entregó como gesto de memoria y resistencia del pensamiento y la literatura. Los libros elegidos por el director del FCE fueron la primera edición de la novela de Juan Rulfo, Pedro Páramo, además de un ejemplar de El llano en llamas, también de Rulfo; Irás y no volverás, de José Emilio Pacheco; Diario de una resurrección, de Luis Rosales; Sueños de la constancia, de Ida Vitale; Gringo viejo, de Carlos Fuentes, y el Catálogo histórico de 1934 al 2009.

La sede central del Instituto Cervantes es un edificio que albergó un banco y conserva una inmensa caja de seguridad que se reutilizó para salvaguardar el legado de escritores, músicos, artistas, periodistas y, en este caso, una institución histórica como el FCE, que cumple su 90 aniversario como puente entre las dos orillas. De hecho, Taibo II, que asumió el cargo hace seis años y anunció su continuidad otros seis, reivindicó precisamente la existencia de esos puentes sólidos entre países y culturas; en este caso, México y España.

El también novelista e historiador explicó que les costó definir qué legado traer a la Caja de las Letras: “Pensamos que tenía que ser algo que tuviera un peso simbólico. Encontramos grandes trabajos de ilustraciones, de economía, pero luego de darle muchas vueltas, nos decidimos por la primera edición de Pedro Páramo, así que luego sólo nos robamos un ejemplar de la biblioteca del FCE”.

A raíz de la elección, Taibo II relató que descubrieron algunos pormenores de la propia historia del libro de Rulfo con la editorial. Averiguamos que las primeras observaciones críticas que se hicieron a la obra de Rulfo en México fueron absolutamente negativas y la segunda crítica fue aún peor, más ofensiva y descalificadora, y además estaba firmada por el gerente general del FCE. Hasta la tercera crítica, de Valadés, se habló de una de las mejores novelas en la historia de la lengua, con referencias a Kafka y al realismo mágico. Así que como ven, una de las mejores obras de nuestra lengua nació ensombrecida por la mediocridad de su propia editorial. Con un poco de mala suerte, el libro no hubiera sido publicado, lo que confirma que en el FCE hemos tenido épocas oscuras, de burocratismo, de editores que le hacen favores a sus amigos, explicó Taibo II.

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▲ Entre las obras depositadas en la caja 1119 por Paco Ignacio Taibo II, director del FCE, destaca la primera edición de Pedro Páramo.Foto Armando G. Tejeda

El director del FCE también se refirió a su propia historia entre México y España: Mi padre decía que un océano nos une y un idioma nos separa. Pero en el fondo lo que decía es que los puentes que construyen la relación entre países o naciones son culturales y ese fue uno de los sentidos de su vida. Mi padre se fue de España molesto, incómodo, agredido por un mundo en el cual no había oxígeno para él y lo descubrió siendo reportero de ciclismo. Su llegada a México fue cerrar una puerta y nos dijo a nosotros, sus hijos, que éramos mexicanos. Y a mucho orgullo.

Y una de esas grandes enseñanzas de su padre, el periodista y escritor Paco Ignacio Taibo, fue la de crear esos puentes, como ahora hace desde el FCE: Mi padre toda su vida estuvo creando puentes literarios, musicales y cinematográficos bajo la idea de que había uno del que no podía renunciar, que era la hispanidad. Su hispanidad era muy de los pobres primeros, observa al mundo desde el punto de vista de los desaparecidos, de los oprimidos, de los desfavorecidos. Es esa misma idea que rescató López Obrador en su gobierno y Claudia Sheinbaum ahora en las últimas elecciones, en las que hemos barrido a la derecha.

Taibo II explicó que del catálogo de 34 mil títulos del FCE suelen reimprimir unos 14 mil, pero que además durante su gestión ha publicado nuevas obras. Añadió que cuando asumió el cargo el promedio del precio de un libro editado por el FCE costaba 280 pesos y ahora, después de seis años bajo su dirección, bajó a 120 pesos.

Luis García Montero, director del Instituto Cervantes, celebró el legado del FCE, al tratarse en esta ocasión de México, un país que celebra la unidad de nuestra lengua, que ya está por encima de los 500 millones de hablantes, y que sabe respetar la diversidad del idioma, que es un idioma compartido. Además porque el FCE es una referencia imprescindible y por eso es tan importante celebrar su 90 cumpleaños. García Montero recordó la buena relación que tuvo el FCE con el exilio español, al citar algunos ejemplos, como José Gaos, Enrique Díez Canedo, Adolfo Sánchez Vázquez y María Zambrano.

Al acto de entrega del legado asistieron el secretario de Estado de Cultura del gobierno español, Jordi Martí, y el embajador de México en España, Quirino Ordaz Coppel, entre otros.