mpecemos con Francia. De la primera vuelta legislativa se pueden extraer cinco conclusiones: a) es la participación más alta en unas legislativas desde 1986, b) hay una correlación entre la mayor participación en estas elecciones y las regiones donde ganó la ultraderecha en las elecciones europeas que para algunos analistas significa que las fuerzas democráticas hicieron un esfuerzo mayor para reducir el margen, c) la ultraderecha gana con 34 por ciento del voto, tres puntos más que en las recientes elecciones para el parlamento europeo, d) el electorado francés está dividido en tres: un tercio menor para los macronistas, otro en segundo lugar para el frente de izquierdas (5 puntos abajo que la ultraderecha), y el tercio mayor para la ultraderecha, e) todo depende que en la segunda vuelta se enfrente un solo candidato del centro y las izquierdas a la ultraderecha y eso podría evitar que obtengan siquiera mayoría.
Perspectivas de la segunda vuelta. Este domingo se realiza la segunda vuelta y aquí se sabrá con certeza como quedará el Parlamento y la capacidad de la ultraderecha de gobernar a partir de nombrar al primer ministro y en consecuencia el gobierno que acompañaría a Macron por los próximos tres años cuando vence su periodo presidencial. Tres escenarios: la ultraderecha gana por mucho y, por tanto, lanza a su joven líder en ascenso Bardella (28 años) como primer ministro; la ultraderecha necesita alianzas con otras derechas, pero sería un gobierno muy débil; nadie logra mayoría en el parlamento y se forma un gobierno de composición entre el centro de Macron y algunas fuerzas de la izquierda (excluido la Francia insumisa de Mélenchon).
Participación. La encuesta electoral elaborada por Ipsos Talan para Le Monde, Radio France et France Télévisions, realizada del 3 al 4 de julio a partir de una muestra representativa de 10 mil 101 personas bajo el método de cuotas, indica que la intención de ir a votar se mantiene muy sólida, entre 66 y 70 por ciento del electorado, comparada con 66.7 por ciento en la primera vuelta.
Una derecha fascista travestida. Como se saben impresentables se han maquillado en los últimos 10 años. Ahora son amigables
con la comunidad gay, piensan que sí las mujeres deben decidir sobre su cuerpo –bajo determinadas condiciones que nunca explican–, no quieren salirse de la UE, sino dinamitarla desde dentro. Aceptan, bajo ciertas circunstancias –por ejemplo, que sus tatarabuelos prueben que son auténticos franceses– a ciertos tipos de árabes –los que se parecen menos a los árabes– y desde luego no quieren inmigrantes, porque les quitan el empleo a los jóvenes dorados, bucles rubios y ojos azules que pueblan, como emprendedores que son, las nobles compañías modernas Uber, Rappi, Didi y un largo etcétera. Entre sus filas hay racistas, golpeadores, cuchilleros... ah, pero son unos cuantos. Lo más son decentes demócratas
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Elecciones en UK. Como siempre los ingleses quieren refutar las tendencias predominantes. Generalmente a costa de precipitarse al vacío. En el siglo XXI quizás la decisión política más estúpida –y vaya que hay competidores– es la del Brexit. En parte el triunfo aplastante laborista de este jueves es su consecuencia, aunque el miserable payaso fascista Farage está vivo y coleando.
Mis siguientes entregas analizarán los resultados electorales de este año en los países que experimentan distintas variedades de populismo: India, Sudáfrica, UK, Indonesia, El Salvador y desde luego, Estados Unidos.
Bravo por la celebración de la Semana del Orgullo. Vean por favor la teleserie basada libremente en el gran ensayo de Guillermo Osorno sobre el Nueve. ¡Qué actuaciones de Brays Efe, Silvia Navarro, David Montalvo y ese regalo de los cielos, José Antonio Toledano! Pero realmente todos, todas y todes muy bien.