Durante la elección del 2 de junio quedaron sin instalar 23 casillas, de las 170 mil 85 reportadas o autorizadas, lo que constituye un nivel menor respecto a la presidencial de 2018.

La mayoría de las 23 mesas en esa condición se reportaron en Oaxaca –por factores atribuidos a la negativa de las autoridades comunitarias para celebrar los comicios organizados por el Instituto Nacional Electoral (INE)–, mientras que dos no fueron instaladas en Chiapas, un número igual en Chihuahua y una más en Puebla.

En total, fueron programadas 170 mil 85 mesas receptoras del voto y operaron 170 mil 62, según el Sistema de Información de la Jornada Electoral.

Para la integración de los centros de votación, cerca de 50 mil capacitadores y supervisores tuvieron la tarea de localizar a 1.5 millones de ciudadanos, los cuales, en su gran mayoría, recibieron la capacitación correspondiente y, al final, un millón 59 mil 790 ciudadanos participaron el domingo 2 de junio como funcionarios de casilla.

El INE reportó también que, con corte a la semana pasada, la denominada elección concurrente, esto es, comicios federales, estatales y municipales, estuvo integrada por 7 mil 248 actividades y sólo 152, es decir, 2.1 por ciento, siguen en curso. Algunas de las actividades corresponden al INE, otras a los Organismos Públicos Locales (Oples o institutos electorales estatales); a estos últimos corresponden las tareas no concluidas dentro del plazo. Resta por iniciar un bloque de 483 acciones, todas igualmente correspondientes a estos organismos, particularmente para la realización de informes finales sobre la megaelección pasada.

En tanto, el mismo INE alertó de nueva cuenta de la situación presupuestal de los Oples en situación de riesgo alto: Zacatecas, Morelos y Yucatán, que si bien pudieron realizar la jornada electoral pasada, no tienen los recursos suficientes para cerrar el año.