Errantes: Viaje a la memoria es una propuesta escénica que explora la actividad humana en el transitar hacia la muerte, comparte en entrevista Gilberto González Guerra, quien mañana estrenará esa obra en el Teatro de la Danza Guillermina Bravo, del Centro Cultural del Bosque (CCB).

El cofundador, director e intérprete de la compañía Onírico explicó: generamos un acto escénico que no nos deje con la parte dramática que vivimos con la experiencia de la muerte. Tratamos de darle la vuelta y encontrar el lado luminoso.

Indicó que la idea surgió de su experiencia personal, tras cuidar a su madre enferma de cáncer hasta su fallecimiento. Estuve al cuidado de ella; fui hijo, enfermero, acompañante. Con este proyecto trato de exorcizar mis miedos, darle una salida con lo que hago, y elegí transformarlo en un acto amoroso; en ese proceso de cuidados le compartía lo que escribía para ella, lo que imaginaba y pensaba.

González Guerra comentó también lo doloroso que es ver cómo se va extinguiendo un cuerpo, cómo la memoria se va perdiendo y se va despersonalizando quien padece esa enfermedad. Ahí descubrí que somos memoria hasta el final de nuestra vida, y cuando ésta se extravía, queda un cuerpo sobreviviendo, y prácticamente ya no reconoces al ser con el que creciste.

En la obra, Gilberto González presenta a un mago blanco, creador de universos fantásticos, que está muriendo, pero los errantes, personajes de su invención, compartirán con él secretos y aventuras de sus mundos soñados antes de que emprenda ese nuevo y desconocido viaje.

Sobre esa metáfora de la muerte como travesía, el creador explicó que trata de dar ciertos referentes que sirvan de guías tanto al público como a los artistas para que puedan construir una historia a partir de su memoria y experiencia.

La obra también surgió de la proximidad de González Guerra con la muerte, debido a una profunda depresión, durante un largo periodo, que superó con el apoyo de su madre.

Experimenté la cercanía con el infierno, con los lugares más oscuros. Fue un proceso muy complicado, y mi madre me sacó adelante. Poco después de que logré salir, vino su enfermedad, comparte el actor que da vida en escena al mago blanco en este proyecto realizado mediante el Efiartes 2023.

Historias de amor, luz y proeza

González Guerra halló que la luz y las heridas de guerra, como llama a las secuelas de estas vivencias, le dieron la fortaleza necesaria para lograr que la compañía regrese a los escenarios, pues también significa un rencuentro con Juan Ramírez, cofundador de Onírico, después de 10 años.

Ramírez y Emmanuel Fragoso interpretan a los Errantes, quienes trabajan desde su fragilidad y vulnerabilidad. Ambos han experimentado la muerte de personas cercanas, por lo que su labor escénica se vuelve más comprometida.

Para Fragoso, la presencia de Juan Ramírez metió la obra en un torbellino: ahora es más contundente y poderosa. También es mayor la exigencia para hacer de estos personajes seres extraordinarios, entrañables y sensibles, rodeados de historias de “tanto amor, tanta luz, tanta proeza.

Mi personaje está en construcción. Sé de dónde viene y hacia dónde va. Es una remembranza de la compañía, un recipiente de los universos, de los personajes y otras secuencias que nunca llegaron a ser parte de una obra, surgidos del choque entre dos mentes, la de Gilberto y la mía, expresó Ramírez.

Errantes: Viaje a la memoria, con música compuesta ex profeso por Manos Milonakis, se presentará mañana y los días 9, 16 y 23 de julio a las 20 horas en el Teatro de la Danza del CCB (Paseo de la Reforma y Campo Marte).

Posteriormente, ofrecerán funciones en la sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario el 2, 3 y 4 de agosto, y en el teatro Raúl Flores Canelo del Centro Nacional de las Artes el 20, 21, 22, 26, 27, 28 y 29 de septiembre.