Son varias familias, la mayoría de la tercera edad
Ante el retiro de la ayuda para renta, regresaron al edificio casi en ruinas
Lunes 1º de julio de 2024, p. 37
Un grupo de familias, la mayoría de la tercera edad, vive en un inmueble casi en ruinas considerado como de alto riesgo por Protección Civil, en espera de ser reconocidos por el Gobierno de la Ciudad de México como damnificados por el sismo de 2017.
En un recorrido por el inmueble ubicado en la calle Oriente 150, en la colonia Moctezuma, alcaldía Venustiano Carranza, Jorge Calderón, uno de los afectados, explicó que desde el inicio de la actual administración, sin previo aviso, fueron sacados del padrón de damnificados y con ello se les retiró el apoyo de renta, por lo que la mitad de las 15 familias afectadas se vieron obligadas a regresar a pesar del peligro.
El edificio de seis niveles y más de 60 años de antigüedad sufrió daños desde el sismo de 1985, por lo que habían acudido al Instituto de la Vivienda (Invi) para que los apoyara para su demolición y reconstrucción, sin éxito; pero con el temblor de 2017, el inmueble quedó inhabitable, por lo que debieron desalojarlo y vivir temporalmente en el albergue habilitado en el centro deportivo Moctezuma.
Los damnificados mostraron el dictamen de Protección Civil y los documentos en los que se puede observar que la construcción fue registrada en la plataforma habilitada por el gobierno capitalino en color rojo, debido al alto riesgo que representa para sus habitantes por el daño estructural grave que sufrió con el movimiento telúrico.
Persiste incertidumbre
Después de casi siete años de trámites, añadieron, apenas lograron que el edificio fuera expropiado por el Invi, pero aún no les han definido qué tipo de ayuda recibirán, por lo que el viernes pasado hubo un encuentro con el jefe de Gobierno, Martí Batres, quien se comprometió a informarles sobre la decisión que se tomará en una próxima reunión.
La mayoría de las familias que regresaron al inmueble están integradas por adultos mayores, como doña Consuelo, de 83 años de edad, quien fue la conserje del edificio y ahora vive en la azotea con el temor de que ocurra una desgracia, sin tener a dónde ir.
Lo mismo ocurre con la señora Blanca Lilia Hernández, de 72 años, quien comparte la vivienda con su hijo y su nieto. Hemos procurado rentar porque el miedo es constante; cada que tiembla salimos como podemos, pero está carísimo por aquí, las rentas andan en 6 mil pesos mensuales, y de dónde va a pagar uno
.
Comentó que su único ingreso es la pensión de los adultos mayores, porque “ni jubilada soy, siempre trabajé en la casa y hay que pagar la comida, los medicamentos…”
El edificio está inclinado, dentro luce agrietado e incluso parte de la pared frontal se ha desprendido, pero la mayor preocupación de sus moradores es una columna que está sostenida donde el drenaje está colapsado.