Chihuahua, Chih., Representantes de las comunidades rarámuris de Huitosachi, Bacajípare y Bosques de San Elías Repechique denunciaron el incremento de enfermedades por desnutrición y falta de agua potable en el área del Parque Nacional Barrancas del Cobre, donde hoteles y empresas turísticas, aseguran, han contaminado los arroyos y secado los manantiales.

En una rueda de prensa que ofrecieron ayer en esta ciudad, los indígenas rechazaron la instalación de proyectos de turismo en su territorio ancestral por parte de empresarios mestizos de la capital del estado y del poblado de Creel, municipio de Bocoyna, quienes se ostentan como dueños de los predios.

Acusaron que los hoteles vierten aguas grises y negras a los arroyos, lo cual, aunado a la presencia de turistas que transitan en cuatrimotos y vehículos todo terreno tipo razers en el bosque, ha modificado y contaminando los cauces.

En consecuencia, los manantiales que abastecían a las comunidades están secos, el agua disponible en los arroyos es mínima y está sucia, por lo cual los rarámuris deben pagar pipas para obtener agua limpia y potable, situación que se agravó este año por la sequía.

En el caso de la comunidad de Huitosachi, niños y adultos han enfermado por tomar agua contaminada, pues todas las descargas del drenaje del pueblo turístico de Areponapuchi, municipio de Urique, son vertidas sin tratamiento a los arroyos Batochique y Recayna.

Areponapuchi se ubica en la parte alta de las Barrancas del Cobre, en la estación Divisadero del tren Chihuahua-Pacífico (Chepe), donde hoteles como Mansión Tarahumara rentan habitaciones a turistas, muchos de ellos extranjeros, a precios hasta de 3 mil pesos por noche, y ofrecen amenidades que incluyen tinas de hidromasaje y alberca.

Por el severo estiaje y la falta de nevadas el invierno pasado, no habrá cosecha de maíz ni de frijol, y los apoyos del gobierno federal como el programa Sembrando Vida son insuficientes, señalaron los indígenas.

Eva Pérez, representante de Bosques de San Elías Repechique, aseguró que familias completas se han visto obligadas a migrar hacia ciudad Cuauhtémoc o Chihuahua capital para buscar sustento.

Lorenzo Moreno, representante de Bacajípare, explicó que los pobladores que deciden mantenerse en sus pueblos están comprando el agua para subsistir, la cual tienen que traer desde Creel o San Rafael, en garrafones o pipas a un costo elevado.

Explicaron que propusieron un plan de desarrollo regional al gobierno de Chihuahua, encabezado por la panista María Eugenia Campos, para que las localidades rarámuri obtengan beneficios del desarrollo turístico, pero la propuesta ha sido ignorada.

Mencionaron que no tienen acceso a recursos del Fideicomiso Barrancas del Cobre, que apoya el desarrollo turístico; no hay proyectos para la captación de agua de lluvia o represas y tienen que padecer las consecuencias de la instalación de hoteles y la llegada masiva de visitantes.