La doble confesión de ineptitud de Cuitláhuac // Desaparece
policía que ha usado // Atiende
movimiento que reprimió // El favor a Fernández Noroña
l gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, le pareció ingenioso hacer una doble confesión pública de ineficacia sexenal, con la esperanza de zafarse un poco del grave episodio de represión habido en Totalco (San Antonio Limón), una comunidad del municipio de Perote, donde la nefasta y popularmente muy denunciada corporación policiaca llamada Fuerza Civil (herencia de Javier Duarte, a la que acogió y protegió Cuitláhuac García durante toda su administración, hasta ayer) arremetió contra manifestantes y dejó dos muertos, varios heridos, allanamiento de casas y una violencia institucional que parecería impensable en un gobierno de presunto tinte semiprogresista.
La primera parte de la doble confesión pública consistió en una treta de pálido efectismo con la que anunció la desaparición
de la Fuerza Civil asesina, aunque, en realidad, sólo significó el cambio de adscripción administrativa que, en el fondo, podría implicar un intencional enredo burocrático protector de mandos políticos y policiacos, tal vez con sacrificio de algunos agentes expiatorios de a pie.
La otra parte de la jugada de Cuitláhuac raya en el cinismo: luego del escándalo nacional por los actos represivos, y difundido el literal cochinero relacionado con Granjas Carroll (aunque no es esta la única empresa dañina del medio ambiente de la Cuenca Libres-Oriental), el gobernador saliente de Veracruz (dejará el cargo el próximo primero de diciembre) se dio por enterado de que algo podría hacer para atender la larga protesta regional contra los saqueadores de agua para redituabilidad empresarial y desgracia social, y ha advertido que si no hay papeles en regla de las porcinas Granjas Carroll se actuará
federal y estatalmente en su contra y que él mismo, ya converso a la defensa popular luego de la agresión policiaca tan mentada, podría gestionar
actos solidarios para los manifestantes que, sin embargo, no le creyeron ninguno de sus dos actos de falsa magia y anoche seguían en movilización acordada en asamblea.
En el flanco de los acomodos poselectorales, la élite morenista batallaba para tratar de justificar el desplazamiento de Gerardo Fernández Noroña del sitio que le correspondería (la coordinación de los senadores de la 4T o un cargo en el gabinete claudista) conforme a los compromisos signados por las seis corcholatas en el proceso interno del que emergió como triunfadora Claudia Sheinbaum, entre duras impugnaciones de Marcelo Ebrard (enfilado a la secretaría de Economía), regateos y abandonos de Adán Augusto López Hernández (presunto coordinador de senadores) e histórica oposición negociable de Ricardo Monreal (virtual coordinador de diputados federales).
Ayer mismo, Claudia Sheinbaum abordó el tema ante reporteros y, aparte de elogiar a Fernández Noroña, y anunciar que lo buscará para hablar
del tema, cayó en la misma argumentación inaplicable al caso: que el político al que el presidente López Obrador insiste en llamar Loroña
proviene de las filas del Partido del Trabajo (aunque no está afiliado a éste y ahora, como senador, estará en la bancada de Morena, sin afiliarse tampoco al guinda), cual si ello implicara por sí mismo un veto (si GFN hubiera ganado la contienda interna presidencial de la 4T, ¿no podría haber sido reconocido como ganador porque no estaba afiliado a Morena? ¿La contienda y sus reglas sólo beneficiaban a los morenistas?).
Con esta exclusión sin fundamento, la élite morenista está haciendo un favor a GFN al victimizarlo (él mismo lo reconoció ayer en entrevista: https://goo.su/dZU6k), lo cual le permitirá iniciar el primero de varios recorridos por el país para ir construyendo una base social con la intención de ser candidato presidencial en 2030.
¡Hasta mañana, con la satisfactoria noticia de la libertad de Julian Assange, respecto a la cual Fernando Buen Abad posteó: Que la moraleja no sea pedir perdón por ejercer el derecho a la información. Esa será nuestra tarea
!
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