Su análisis brindaría claves sobre el desplazamiento humano hacia las Tierras Bajas Mayas centrales
Martes 25 de junio de 2024, p. 5
Un equipo de investigación encabezado por el arqueólogo Ivan Šprajc analizó un área inexplorada en la selva de Calakmul, Campeche, la cual podría brindar claves sobre el desplazamiento humano a las Tierras Bajas Mayas centrales, informó en un comunicado el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Como parte del proyecto Ampliando el panorama arqueológico de las Tierras Bajas Mayas centrales
, entre abril y mayo de 2024 se registró una zona cubierta por la selva mediana de ese municipio, la cual colinda con la región de los Chenes, al norte, y los poblados de Conhuás y Constitución, al sur, a lo largo de la carretera Escárcega-Chetumal.
El especialista del Centro de Investigaciones de la Academia Eslovena de Ciencias y Artes, quien cuenta con la autorización del Consejo de Arqueología del INAH, informó que el trabajo de campo se enfocó en un par de zonas de la reserva de la biosfera Balam Kú, que cubren una extensión de 140 kilómetros cuadrados aproximadamente.
En esa zona, en 2023, se obtuvieron datos de escaneo láser aerotransportado para algunas áreas inexploradas. En esta ocasión, cuando se exploró un sector que llevó a la ubicación de un antiguo centro rector nombrado Ocomtún, los modelos obtenidos ya advertían la ausencia de sitios mayores.
Esta región, que pudo ser inspeccionada gracias al financiamiento de la Agencia Eslovena de Investigación e Innovación y la Milwaukee Audubon Society, además de empresas y particulares, destaca por bajos atravesados por cauces de flujos intermitentes, así como por elevaciones con terrenos rocosos y capas de suelo delgadas.
El equipo de investigación, integrado por los arqueólogos Octavio Esparza Olguín, Atasta Flores Esquivel, Quintín Hernández Gómez, Vitan Vujanović y el geodesta Aleš Marsetič, deduce que esas características poco favorables para la agricultura, contribuyeron a que la densidad de los restos de ocupación antigua en la región sea menor a la de áreas aledañas.
Aunque falta analizar el material cerámico recolectado, los diagnósticos sugieren que su mayor ocupación se dio durante los periodos Clásico Tardío y Terminal (600-1000 dC), como consecuencia de migraciones tardías derivadas del crecimiento demográfico en regiones vecinas y más favorables, especula el investigador.
La impresión es que la cultura maya de esta región que acabamos de explorar fue notablemente menos elaborada que en el Petén, hacia el sur, y las regiones de los Chenes y de Chactún, al norte y al oriente
, puntualizó Ivan Šprajc.
En los años 90, sobre un cerro prominente modificado con nivelaciones, se localizó un grupo de estructuras, a 5 kilómetros al noroeste del sitio Nadzcaan, donde hay una plaza principal de planta irregular y cerrada por estructuras alargadas, dominada por una construcción piramidal en su lado poniente.
Al exterior del conjunto, junto a su esquina noreste, se observó un canal que drenaba el agua que se acumulaba en la plaza, asociado a una etapa temprana de la misma y el cual fue tapado durante remodelaciones posteriores.
Esta temporada también se inspeccionó otro sitio que, si bien no es extenso, debió tener cierta importancia sociopolítica, ya que su centro cívico-ceremonial cuenta con edificios de hasta 13 metros de altura, aseguró Šprajc.
En el sector oriental contaba con una cancha de juego de pelota, donde se descubrió una subestructura que podría datar del periodo Clásico Temprano (200-600 dC), recubierta con una capa de estuco con restos de pintura.
También se reconoció otro sitio cuyas estructuras se concentran sobre una elevación natural, el cual cuenta con un reservorio de agua de planta rectangular. En su plaza principal sobresale una pirámide de 16 metros de alto, en cuya cumbre se halló una ofrenda, de la cual se recuperaron restos cerámicos, un fragmento que representa la pata de un animal, quizá tepezcuintle o armadillo, y una punta bifacial de pedernal.
El arqueólogo concluye que este material, el cual puede corresponder al periodo Posclásico Tardío (1250-1524 dC), atestigua la presencia de grupos humanos durante los últimos siglos antes de la llegada de los españoles, mucho después de que las Tierras Bajas centrales sufrieran la desintegración de sus complejas entidades políticas y el drástico decremento demográfico, hacia finales del Clásico (200-600 dC).