Lunes 24 de junio de 2024, p. 34
Acaxochitlán, Hgo., Filiberta Nevado Templos, integrante del colectivo Ocotenco Kuautlali, conocida por proteger el bosque de niebla de Zacacuautla, denunció que a pesar de la devastación provocada por las bandas de tala clandestina y del grave estiaje, autoridades federales otorgaron permisos para la operación de seis aserraderos
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En la localidad de Zacacuautla ya no hay ocotes, ni sabinos y sólo transporte de carga llega con encinos, pero los aserraderos siguen trabajando de manera legal. Esto no es justo
, reprochó la activista.
Afirmó que “todo el día transitan camionetas y otras unidades con troncos de madera de manera lícita e ilícita: trabajan de las dos formas".
Afirmó que es contradictorio que las autoridades de los tres niveles de gobierno, ante la sequía extrema que se ha afectado la entidad, instalaran un comité de cambio climático y al mismo tiempo permitan a los aserraderos continuar cortando árboles.
Ya no hay montes, no se qué autorizan
, reprochó la defensora de 68 años, y demandó acciones urgentes en Zacacuautla así como en todas las regiones boscosas de Hidalgo, para frenar la tala y realizar una intensa campaña de reforestación.
Detalló que a consecuencia de la devastación paulatina del bosque de niebla ya no hay agua en esa comunidad, pues a finales de mayo dos manantiales se secaron.
Llevamos años luchando contra la tala clandestina; en concreto mi organización (Ocotenco Kuautlali) de 2007 a la fecha ha denunciado la tala clandestina que no para y las autoridades no han intervenido. Entonces, ¿qué pasa?, ¿nos preocupamos por el cambio climático o sólo son documentos, papeles?
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A principios de junio, la activista dio a conocer los estragos que han causado en el bosque de niebla los seis aserraderos que operaban de manera legal durante la primera sesión ordinaria de la Comisión Intersectorial de Cambio Climático convocada por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de Hidalgo.
El colectivo Ocotenco Kuautlali aclaró que su objetivo era denunciar la pasividad de las dependencias federales (la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente y a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales) ante la tala brutal que no cesa mientras los montes desaparecen impunemente.