a creación en 1996 del Festival Mix México, cine de la diversidad sexual y de género, coincidió con un momento capital para la comunidad LGBT+ en el mundo entero: el descubrimiento de terapias antirretrovirales de alta eficacia capaces de poner un freno a la espiral de mortalidad provocada por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), responsable de la pandemia del sida. El giro radical que significó este avance médico que, sin ofrecer una cura definitiva, sí prolonga la supervivencia y garantiza la calidad de vida de los afectados hasta volverla equiparable a la de las personas no infectadas, fue importantísimo. Para quienes se creían condenados a morir en un plazo no mayor a cinco años, este fenómeno restaurador de esperanza y renacimiento fue muy valioso, al punto que se le llegó a conocer como síndrome de Lázaro.
A cuatro décadas del inicio de la epidemia, la historia es conocida y el cine y la literatura la han venido relatando periódicamente. Con la experiencia global de la pandemia por covid, el asunto cobró un mayor significado por losinevitables paralelismos que existían entre los dos flagelos devastadores. Uno de ellos, y no el menor, fue el con-traste entre los gestos espontáneos de solidaridad hacia los enfermos y el cúmulo de prejuicios morales y religiosos, con su carga de discriminación y odio que llegó a suscitar la tragedia sanitaria, sobre todo en el caso del sida.
Este año, el Festival Mix México ofrece en su programación al menos tres títulos relacionados con ese tema: Cómo contar un secreto (Irlanda, 2023), de Anna Rodgers y Shaun Dunne; Baldiga, corazón sin candado (Alemania, 2024), de Markus Stein; y el documental Compromiso con la vida ( Commitment to Life, 2023), de Jeffrey Schwartz. Este último título es referencia al nombre de la campaña de apoyo por parte de figuras destacadas de Hollywood (Elizabeth Taylor, Tom Cruise, Madonna o el magnate gay de la industria fílmica David Geffen) para contrarrestar la indiferencia gubernamental hacia los afectados por la epidema y, en especial, la violenta embestida moralista de pregoneros del odio como el senador Jesse Helms, quienes propusieron poner en cuarentena y reclusión forzada a las personas enfermas. El documental de Schwartz aborda este clima opresivo de suspicacia y desprecio hacia las minorías sexuales, con fuertes ecos con la vieja cacería de brujas macartista, y se concentra en la manera en que lo vivió el mundo del espectáculo y los deportes, en especial en un Hollywood donde figuras como Rock Hudson o Brad Davis o Magic Johnson padecieron los escarnios de una exposición mediática amarillista, al tiempo que propiciaron una visibilidad inesperada y necesaria para las personas seropositivas hasta entonces ignoradas. No fue sino a petición expresa de Elizabeth Taylor que el presidente Ronald Reagan accedió, después de varios años de desdén abierto, a finalmente pronunciar en público la palabra sida.
Compromiso con la vida se construye a partir de testimonios de sobrevivientes de la epidemia y de amigos y familiares. Es una síntesis de cuatro décadas de activismo político, centrado aquí en la labor del Proyecto Sida Los Ángeles, cuya intención evidente es también mostrar hasta qué punto la pandemia sigue hoy provocando estragos en un sur global sin acceso oportuno a los medicamentos. El documentalista Jeffrey Schwartz ofrece aquí un trabajo bien estructurado, sin énfasis en el victimismo y con una perspectiva crítica actualizada y muy oportuna. Otros títulos sugerentes de la programación Mix México: Sebastian (Mikko Mäkelá), Queer Exile Berlín (Jochen Hick), Góndola (Veit Helmer), Un viejo Narciso (Tsuyoshi Shoji), Memoria de pez (Cheng Hung-I) y Los demonios del amanecer, de Julián Hernández.
Horarios y sedes: www.mixfilmfest.com