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No sólo de pan

De devolver su dieta a los mexicanos

L

a continuidad al Segundo Piso, y ruptura justificada con lo que no se pudo hacer antes, aunque se pusieron los cimientos irrenunciables, incluye de manera principal y urgente una revolución pacífica que influya en las conciencias ya despiertas, pero lleve de la imaginación a la realidad mediante la práctica gubernamental. Ya no sería justo, ni con nosotros los contemporáneos del cambio verdadero, ni con las generaciones históricamente marginadas y, mucho menos, con las nuevas generaciones que deben llegar y crecer en un mundo y una práctica virtuosas; y esta última palabra no exagera lo que sería nuestro país si el nuevo gobierno federal hace suyas las opiniones y luchas de todo tipo cuyo análisis confirme que son virtuosas y no ocurrencias. Nuestro trabajo de una década atrás en este espacio y conferencias presenciales adonde nos han invitado, lleva un mensaje que no es casual o producto de un momento de iluminación ni tampoco oportunista ni forzado. Es un trabajo de tres décadas. Repitamos aquí sus premisas:

1) El fenotipo de la población mexicana cambió en 40 años: de ser bajitos, delgados, tal vez débiles por la escasa alimentación en muchos, pero no sistemáticamente enfermos como en el nuevo fenotipo que es, obeso desde la infancia a la presenectud en ambos sexos, y de comportamiento lento, distraído y desmotivado. Mientras el fenotipo heredado de nuestros ancestros: delgados en ambos sexos, fuertes, resistentes, avivados ante cualquier reto y eficaces ante cualquier trabajo, son por todo ello, quienes emigran a Estados Unidos, pero con el fin de mantener económicamente a sus familias.

2) Este fenómeno está directamente ligado a la transformación de la alimentación mundial, que dio un giro radical con el advenimiento del sistema de monocultivos de alta productividad, medida en cantidad de granos, pero no así en su calidad nutritiva ni sensorial, desplazando los policultivos del arroz, el maíz y los tubérculos farináceos, cultivados con otra serie de plantas comestibles complementarias, en distintas zonas del planeta.

3) Con la imposición del monocultivo de las diversas especies de trigo, e incorporando a esta técnica el arroz y el maíz, se fue quedando una población cada vez más numerosa sin empleo, sustituida la mano humana por las maquinarias, al tiempo que con esa alimentación además procesada, se fueron degradando los propios seres humanos e incluso las cocinas prestigiosas del mundo.

4) Al mismo tiempo, el mercado de alimentos concentró cada vez más circulación de capital y nuestro país cayó, por un lado, en la dependencia de alimentos procesados para dar de comer a su población, y en la exportación de alimentos y materias primas vegetales y animales para las industrias respectivas en el extranjero. En este círculo se puede definir lo que representan los tratados de libre comercio con los vecinos del norte, es decir que les vendimos nuestra tierra, agua, clima, mano de obra especializada en agricultura mecánica, a cambio de envenenarnos con sus productos, que importamos, desde los de primera necesidad a los de lujo, y esto sin mencionar las medicinas y remedios mecánicos.

5) afortunadamente, llegamos al momento histórico, preparado por el presidente AMLO, para que su sucesora construya el segundo piso de la 4T, transformando de raíz la lógica de la vida de los mexicanos, entre otras cosas, lo básico: recuperando las tierras vivas y reviviendo las moribundas, con mano de obra mexicana razonablemente pagada, para recuperar los sistemas productivos milenarios y sus consecuentes productos en variedad y volumen, abandonando el criterio de productividad que se aplica a los monocultivos depredadores de suelo y agua. O, en otras palabras, recuperando nuestra herencia invaluable que es la milpa mesoamericana que integra muchos elementos alimenticios y medicinales correspondientes al clima, tierra y altura en que se siembren, y que sí alimentó a los mesoamericanos durante milenios fue porque es un sistema basado en un círculo virtuoso que da una mayor masa alimentaria (no de comestibles, que se comen pero no alimentan), sino de alimentos que en conjunto nutren, pues en general se acompañan con criaderos de aves, mamíferos pequeños y otras proteínas de origen animal...

Es una gran suerte que la doctora Alicia Bárcena, bióloga, especialista en desarrollo sostenible, medio ambiente, economía y especialista en la botánica de nuestras comunidades indígenas, haya sido integrada por la Presidenta entrante a su gabinete, para todos quienes luchamos desde hace años por estructurar una Cruzada por la Milpa que salve a la población mexicana de la mala alimentación, que conlleva una degradación física y mental, para encauzarse hacia el futuro que merece. Hay que dar el salto hacia la recuperación de nosotros mismos.

www.cruzadaporlamilpa.mx