Nerviosismo
icen los que saben de inversiones que los mejores momentos de compra son cuando la mayoría se retira del mercado. Cuando todo mundo vende acciones, instrumentos financieros y bienes raíces es precisamente cuando vale la pena comprar.
Si el inversionista se maneja por la razón y no por el miedo, si hace análisis objetivos sobre los instrumentos financieros, no hay mejor oportunidad que cuando los demás venden. Así lo comenta Benjamín Graham en su clásico El inversor inteligente, que se ha convertido en la Biblia de multimillonarios, como Warren Buffett.
Este comentario viene al caso porque en México se presenta un gran nerviosismo por el cambio de gobierno. El peso se deprecia, las acciones bajan, los propietarios de bienes raíces venden y parte de las inversiones en pesos se dolarizan para protegerse de una posible devaluación. Incluso algunas personas de clase media alta estudian la posibilidad de migrar al extranjero si cambia la constitución en temas delicados como la reforma judicial.
En parte, los dichos del presidente y de la próxima presidenta de la República generan incertidumbre. Con Claudia, ni un paso atrás en la transformación
, señala AMLO; por su parte, Sheinbaum habla de profundizar los cambios. Ambos señalan que la reforma judicial se aprobará en septiembre. Este tipo de comentarios no los ven con buenos ojos empresarios e inversionistas.
Sin embargo, si se dejan de lado las declaraciones y se ve el resultado de las reformas a lo largo de este sexenio, ni los inversionistas ni los empresarios perdieron dinero por la política gubernamental. Como ejemplos tenemos a Carlos Slim, el hombre más rico de México y de Latinoamérica; a los banqueros y a los grandes empresarios que obtuvieron buenos resultados durante el sexenio, incluso en medio de la pandemia.
Slim acaba de tener una reunión privada en Palacio Nacional de más de una hora con el Presidente y hace unos días estuvo con Claudia Sheinbaum en un evento de su grupo empresarial, lo que indica que hay receptividad de ambas partes, buenas relaciones y una política que será favorable para el sector empresarial.
Mientras los temerosos salen del mercado, los que deciden invertir en México tienen grandes oportunidades para incrementar su capital. La mejor prueba es la de Carlos Slim y su familia.