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La herencia, de Verónica Escalante, una novela atravesada por la maternidad

Se publicó hace poco en el sello británico Mountain Leopard Press de Hachette // Se alistan versiones en ruso y portugués // Es abrir una caminito a las autoras mexicanas, resaltó

 
Periódico La Jornada
Martes 28 de mayo de 2024, p. 2

Las opciones de la maternidad atraviesan por completo la novela La herencia, explicó su autora, Verónica Escalante, para quien existe un auge de escritoras nuevas que hablan de ese tema de forma inédita: hoy se atreven a abordarlo desde otro enfoque.

El texto, publicado originalmente en 2021 en México, fue editado hace unos meses con el título Blood Ties en el sello británico Mountain Leopard Press de Hachette. Además, se están preparando versiones en ruso y portugués, que aparecerán en las editoriales Eksmo, una de las más importantes en Rusia, y en la brasileña Faro Editorial.

En entrevista con La Jornada, la también periodista destacó la importancia de abrir sendas hacia lugares donde cuesta tanto que llegue la literatura mexicana; que una editorial en Reino Unido, Rusia o Brasil se interese por historias mexicanas y tan locales es importante, como un caminito para las escritoras nacionales que quieren hacer lo mismo; que haya un precedente que abra puertas.

Escalante reseñó que su novela aborda temas como la culpa, la maternidad y el aborto, que es universal; de lo que es capaz o no un ser humano; tópicos universales. Lo local nunca es tan local, porque el ser humano es igual en todos lados.

La narradora recordó que quería hablar de la maternidad en general: las que tienen y las que no, las que abortan y las que no abortan. El final del libro es como un nacimiento, un salir del útero a la vida. Está completamente atravesado por la maternidad.

Felícitas Sánchez, el punto de partida

Esa posibilidad, continuó la novelista, está en las escritoras, aunque no hayan tenido hijos, pues el modo de abordar, ver, querer y escudriñar el otro lado de las mujeres es mucho más minucioso, pausado, y parecería que menos duro, pero, por lo mismo, puedes contar cosas mucho más brutales.

La herencia parte de la historia de Felícitas Sánchez, una partera que hacía abortos. Se dijo que destazaba niños y quemaba los cuerpos en el bóiler. Fue víctima del periodismo de los años 20 del siglo pasado, que era la nota roja y amarilla, casi los inicios de la novela negra en México, mencionó Escalante.

Un reportero encontró la historia de la que acusan de asesina de niños y “empieza a hacer el reportaje casi como novela negra, por capítulos, como folletín y con los enganches necesarios para que la gente volviera a comprar el periódico al día siguiente. Era el entretenimiento.

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▲ Verónica Escalante contó en entrevista con La Jornada que su novela aborda la culpa, la maternidad y el aborto, temas universales. Lo local nunca es tan local, porque el ser humano es igual en todos lados.Foto Roberto García Ortiz

“Se trataba de una especie de cacería de brujas. El reportero encontró la noticia perfecta para hacer lo que hizo. No se sabe quién es. Él le puso todos los apodos que tuvo, La Ogresa, La Hiena, La destazadora de angelitos. Ella era simplemente Felícitas, la partera, y ya”.

Un asesino, ¿nace o se hace?

Escalante recordó que quería escribir un thriller, no la historia de esa mujer. “La herencia es parte de la historia de Felícitas Sánchez, el pretexto para escribir una novela que trata de sus hijos. La premisa era la pregunta de si un asesino serial nace o se hace, que fuera este impulso de escritura y de lectura. Claro que nunca llegas a una respuesta”.

Otro anclaje de la novela es el asesinato de dos chicas muy jóvenes en San Miguel de Allende, en 1985. “Siempre me ha parecido que el ser humano no sabe realmente con quién está, ni siquiera sabe uno realmente de lo que se es capaz. Esta novela está hecha de momentos en los que pongo a los personajes al límite y que respondan a un carácter desconocido incluso para ellos.

“Era el México del temblor. Si quería hablar de Felícitas, quien había estado en 1940 y había tenido dos hijos, no la podía traer a 2000, porque los asesinos no podrían ser unos viejitos. Estaría muy complicado que estuvieran matando niñas a esa edad. Tenía que coger una fecha en medio para que tuvieran una edad buena: 1985.

Ese fue un año importantísimo en la historia de nuestro país. Si iba a hablar de las fracturas del ser humano, fue entonces cuando, literalmente, la Ciudad de México se fracturó. Me interesaba hablar de ese momento.

Escalante concluyó: habla de lo negro y todas las sombras, y no sólo de los asesinos, sino de todas las historias. Una novela se compone más de sus subtramas que de la trama principal. Realmente, lo que la alimenta y deja pensando son éstas, de las cuales se podría hacer una novela de cada una.