Lunes 27 de mayo de 2024, p. 7
La desaparición del niño indígena Javier Modesto Moreno, de tres años de edad y originario de Guerrero, en un campo agrícola cerca de León, Guanajuato, el 15 de mayo pasado, es una muestra más de la desatención y la falta de políticas públicas dirigidas a los jornaleros agrícolas, aseveraron los centros de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan y el de Desarrollo Indígena Loyola, que acompañan a la familia del menor.
En 2023, en la Montaña de Guerrero, más de 3 mil 700 niñas, niños y adolescentes dejaron sus comunidades para irse con sus familias a trabajar como jornaleros agrícolas en diversos estados, según un registro que lleva a cabo la citada organización guerrerense en coordinación con el Consejo de Jornaleros Agrícolas de la Montaña, sostuvo Paulino Rodríguez Reyes, del Tlachinollan.
Precisó que esa cifra podría ser mayor debido a que hay un grupo de familias que se van por cuenta propia, y ellos no se registran, sino que se van directo a Zacatecas, Michoacán, Sinaloa y donde quiera que encuentren trabajo
.
Una vez en los campos agrícolas, dijo en entrevista, los menores deben apoyar a sus padres en el corte de alimentos porque no hay guarderías, albergues ni ninguna vivienda exclusivamente para ellos; tampoco reciben educación o algún tipo de programa para su desarrollo
.
En el caso de Javier, Tlachinollan y el Centro de Desarrollo Indígena Loyola señalaron que debido a que aún es muy pequeño no podía ayudar a sus padres, por eso ese 15 de mayo lo dejaron abajo de un árbol para que se cubriera del sol.
Cuando regresaron del surco se percataron de que ya no estaba Javier e inmediatamente la familia y demás integrantes del grupo de la cuadrilla comenzaron a buscarlo, pero sin éxito
, contó Rodríguez Reyes.
Mayo Meza Trejo, directora del Centro de Desarrollo Indígena Loyola, expuso que a partir de ello se ha convocado a jornadas de búsqueda organizadas por autoridades y otras por la sociedad civil y colectivos.
El viernes pasado, refirió, en una búsqueda que realizó la fiscalía estatal con la Comisión de Búsqueda, le compartieron a la familia que habían encontrado restos humanos
, por lo que se está a la espera de los resultados de la confronta con el perfil genético de los padres.
Esto se podrá saber el miércoles y la familia pide que se siga buscando
, dado que no hay certeza aún de dónde está el pequeño.
Condiciones precarias
Meza Trejo mencionó que el padre y la madre de Javier siguen en Guanajuato y han dejado de trabajar para enfocarse en encontrar al niño. Cuando sucedió la desaparición tenían 15 días de haber llegado.
En este sentido, subrayó que las condiciones en las comunidades a las que arriban las familias también son muy complejas, ya que muchas veces les rentan espacios en obra negra o locales para que ahí vivan
y no cuentan con suficientes servicios.