Habitar el presente
ube de promover un taller vía streaming (dos grupos, bien que ambos, no es novedad, se fueron decantando). Serie de 12 sesiones semanales, que finalmente requirió una más, la última anteanteayer. Van como quedaron –¿cambios?, mínimos, sutilezas– los textos el pasado domingo aportados:
Teresa Maraveles (Guadalajara): Aprendí que escribir todo / es nada / y que escribir la certeza de la nada / suele ser todo. // Aprendí que no se es poeta / si la poesía no habita el lenguaje / del cuerpo. // Que poesía / es escribir la imagen de la percepción / fresca, / simple / y generosa // que brilla con su propia voz.
Mariena Padilla (Monterrey): ¿Qué ha pasado / que todo parece igual, aunque es distinto? // Ha pasado la lluvia, / la noche con sus llaves, / la prisa, la risa, / lo de siempre. // ¡Ah!, / pero también han pasado los domingos, // lugar donde la mañana se detiene / para mirar mar adentro // de nosotros, // el viento llevando entre sus manos lo que sobra, / el agua de río / pulidora de piedras. // Eso / no ha pasado, / pasa.
Blanca Hefferan (Ciudad de México): Alguien: I / Asegura ser nadie / y es mi maestro, // me habla del silencio / de permitir a la palabra / decir apenas // imagino una nube / dentro de mi corazón, / esperando la lluvia. // II / Algunas veces llora, / cubre su cara como niño. // Me enseña a tirar / palabras que no sirven, / y también a ser yo // sin saber como soy. // III / Sabe que el aliento / es misterio, / que se intuye. // Habla del Espíritu / y mi corazón da maromas / al escucharlo. // Es El Amado / buscándome.
Francisco Guzmán (Oaxaca): Retrato interior: Vivir, aprender a morir. / Ser, estar aquí y allá / en el ruidoso mundo, // ¿Quién es uno?, ¿el que es?; / ¿en verdad estoy siendo? / Uno es lo que dice, / hace con lo dicho: cosas, ¿saberes? // Decir es conocer, / hablar sin prohibir / lo que está en uno mismo y en el otro. // Imagino lo que escribo, leo, // entiendo y transfiguro: / digo mi silla roja, alta, blanda…
No son personas jóvenes, ninguna de ellas, ni siquiera en el sentido que ahora se da a la palabra joven, para mi gusto demasiado laxo. Acaso el más joven
del grupo –no representado aquí porque anda dando un curso en algún lugar de Brasil; no estuvo con nosotros el domingo– sea Sigifredo Esquivel (Zacatecas).
La juventud –más bien la edad, no importa cuál, si poética es– consiste en habitar el presente y presentarlo.