Avances en el respeto a la diversidad
ace 34 años, la Organización Mundial de la Salud confirmó que la homosexualidad no es una enfermedad. Fue una manera clara de condenar las llamadas terapias de conversión
. Además, en 2012, la Organización Panamericana de la Salud expresó que dichas terapias no tenían justificación médica y representaban una grave amenaza para la salud y los derechos humanos de las personas.
Agrupaciones vinculadas con la Iglesia católica suelen promover cursos, retiros espirituales
, terapias
siquiátricas y/o sicológicas para curar la homosexualidad. Con tal finalidad utilizan medicamentos, violencia verbal, abuso sexual y electrochoques. A ellas han sido sometidos jóvenes cuyas familias han confiado a dichas organizaciones la curación
de la enfermedad de la homosexualidad
que padecen sus hijos.
Por considerarlas denigrantes, inhumanas y crueles, están prohibidas en muchos países. Brasil fue el primero en hacerlo hace 25 años. Luego, Ecuador, Malta, Alemania, Francia, Canadá, Grecia, Nueva Zelanda, Chipre, Islandia y España. Una veintena más tiene en su agenda hacerlo.
Hace cuatro años lo hizo la Ciudad de México y, posteriormente, otras 13 entidades, como Oaxaca, Baja California Sur y Jalisco. En otras 14 hay iniciativas en tal sentido pendientes de aprobar. El pasado 22 de marzo, finalmente la Cámara de Diputados aprobó la legislación que prohíbe a escala nacional las terapias de conversión y sanciona penalmente a quienes las lleven a cabo. La iniciativa estaba en discusión desde 2022, y a ella se opusieron siempre los integrantes del Partido Acción Nacional.
Ahora se sancionará con dos a seis años de prisión a quien realice, imparta, aplique obligue o financie cualquier tratamiento, terapia, servicio o práctica que obstaculice, restrinja, impida, menoscabe, anule o suprima la orientación sexual, identidad o expresión de género de una persona, y serán más años cuando se apliquen contra menores, personas adultas mayores o con alguna discapacidad.
Además, los profesionales de la salud que impartan, apliquen, obliguen o financien estos tratamientos serán suspendidos de su ejercicio profesional de uno a tres años.
La nueva legislación es un paso más en pro del respeto a la diversidad sexual.