Buenos Aires. La actividad económica de Argentina (EMAE) cayó 3.2 por ciento anual en febrero y 0.2 por ciento respecto a enero, con lo que acumula cuatro meses con tendencia declinante, informó el martes el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

Ocho sectores de actividad registraron caídas en la comparación anual, entre los que destacan construcción, con un declive de 19.1 por ciento; intermediación financiera, con una baja de 12.1 por ciento, junto con la industria manufacturera, que se replegó 8.4 por ciento y comercio mayorista, minorista y reparaciones, que descendió 5.5 por ciento.

En comparación con igual mes de 2023, siete sectores registraron aumentos en febrero, entre los que se encuentran pesca (31.6 por ciento) y explotación de minas y canteras (11.7 por ciento).

La actividad económica venía de caer 4.5 por ciento anual en diciembre y 4.3 por ciento en enero, de acuerdo con datos del propio Indec.

“Se siente que en el mercado está habiendo una baja fuerte, muchos clientes nos dicen que no están vendiendo nada, muy poco, y tienen mercadería en stock desde hace muchos meses con baja rotación”, contó a la Afp Belén Lo Russo, gerenta de comercio exterior del Taller Baigorria, una metalúrgica familiar que fabrica tornillos y elementos de sujeción sobre todo para el mercado automotor.

En la noche del lunes, el presidente Javier Milei había celebrado como una hazaña histórica el primer trimestre con superávit fiscal que registra Argentina desde 2008.

Los datos del Indec, sumados a una inflación que alcanza casi 290 por ciento anual, reflejan un escenario de estanflación (inflación y recesión) que había vaticinado el propio Milei al asumir la presidencia en diciembre pasado.

El economista Carlos Rodríguez, referente del Centro de Estudios Macroeconómicos de Argentina (CEMA), señaló este fin de semana al diario La Nación: Estamos yendo a una depresión económica y no veo cómo se va a recuperar la caída de la inversión.

El propio Fondo Monetario Internacional, del cual Argentina es el mayor deudor, así como el Banco Mundial más recientemente, han llamado la atención al presidente argentino para que la dureza del ajuste no afecte a los más vulnerables.