Las redes viales latinoamericanas no logran atender las crecientes demandas comerciales debido a que son insuficientes, obsoletas y no reciben mantenimiento, a lo que se suma el robo de carga, afirmó Economist Impact en un estudio sobre reubicación de cadenas de suministro (nearshoring), elaborado con apoyo de JP Morgan.

Invertir en infraestructura básica es un primer paso para que América Latina se convierta en un polo atractivo y capte inversión extranjera directa (IED) que antes iba hacia China.

Lo mismo es aplicable a la infraestructura de energía, puertos aéreos y marítimos, carreteras, tecnología de la información y comunicaciones, agrega el análisis.

El documento señala que América Latina debe mejorar su entorno empresarial con más estabilidad política y seguridad, a fin de capitalizar rápidamente el potencial generado por los cambios en las cadenas de suministro. Las demás regiones también han identificado estas oportunidades y están compitiendo activamente, en particular Asia.

Es crucial que la región invierta en sí misma y establezca un estándar para las empresas que también estén interesadas en hacerlo, concluye la firma.

Ferrocarriles, clave

En lo que se refiere a los bienes transportados por ferrocarril, México se encuentra a la cabeza frente a rivales regionales como Chile, Brasil y Argentina, e, incluso regiones enteras como Asia Oriental y Pacífico, Oriente Medio, África del Norte y el Sur de Asia.

México tiene una red de ferrocarriles de carga muy sofisticada que conecta con Estados Unidos y Canadá, pero la de pasajeros es muy limitada. Ampliar la red ferroviaria es una prioridad para el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Si bien una mayor inversión pública puede ser una oportunidad, también podría convertirse en un arma de doble filo para los inversionistas. Recientemente, el gobierno mexicano confiscó parte de una línea de ferrocarriles considerada de utilidad pública y la transfirió a una entidad gubernamental que está construyendo una línea a través del Istmo de Tehuantepec (separa el Océano Pacífico y el Golfo de México). La estabilidad política y el respeto al estado de derecho es un componente importante de los cálculos de las empresas y su ausencia podría obstaculizar las inversiones, sostuvieron Economist y JP Morgan.