Quito. Con una intensa campaña en redes sociales, medios de comunicación y en las vallas, paredes y postes de casi todo el país, el presidente ecuatoriano Daniel Noboa hace un alto a su proselitismo para permanecer en Miami (su ciudad natal) desde ayer y hasta el sábado 13. Ayer, funcionarios del llamado Palacio de Carondelet, sede del gobierno central, indicaron de que se trata de una visita privada y no hay agenda pública de sus actividades personales.

El mandatario estará ausente tres días, en plena crisis diplomática entre Ecuador y México por la incursión policial del 6 de abril a la embajada de ese país en Quito. Con ello, indican otros funcionarios, se aplazan algunas actividades previstas dentro del proselitismo intenso que ha tenido Noboa en las dos últimas semanas, que incluye inauguración de obras, encuentro con comunidades campesinas e indígenas, así como entrega de viviendas y kits de alimentos en donde hubo recientemente deslaves, por el clima del invierno.

Este miércoles, por ejemplo, estuvo en la Amazonía. Desde allí se refirió a las expresiones del ex presidente Rafael Correa, de que la comunidad internacional podría sancionar a Ecuador por la incursión armada en Quito.

De la mano de dirigentes indígenas dijo: Algunos delincuentes sentenciados, otros que pronto serán sentenciados, están hablando y atacando al gobierno. Lo más atrevido, piden sanciones para su propio país. Lo único claro es que la conchudez no tiene límites en esta gente. Y agregó que estos mismos políticos atacan el proceso de consulta popular, porque se ven perdidos. Podrán vociferar y hacer todo el escándalo que quieran, pero al final del día el pueblo ecuatoriano y amazónico votará por el sí, enfatizó el mandatario, pidiendo nuevamente apoyo para el referendo, previsto para el 21 de abril.

El planteamiento de Correa fue el 9 de abril, cuando acompañado del eurodiputado de la organización política Izquierda Unida, Manu Pineda, mencionó algunas sanciones de la comunidad internacional contra Ecuador. Por ejemplo, la retirada de embajadores de países de la UE y declaraciones (oficiales) mucho más fuertes.