Viernes 22 de marzo de 2024, p. 5
Chihuahua, Chih., Más de 300 migrantes lograron cruzar la barrera de malla ciclónica y de alambre de púas, en el lugar conocido como Puerta 36 del bordo del río Bravo, en Ciudad Juárez, y se entregaron a la Patrulla Fronteriza la mañana de ayer, a pesar de intentos por impedirlo de los militares de la Guardia Nacional de Texas.
Los cientos de indocumentados lograron ingresar a El Paso después de que abrieron huecos en la barrera de navajas y corrieron hacia la Puerta 36, mientras los soldados de Texas, quienes se vieron rebasados en número, buscaron sin éxito hacer que desistieran.
Videograbaciones captadas desde Ciudad Juárez muestran a un elemento de la Guardia Nacional solo frente a uno de los huecos al tiempo que decenas de migrantes brincan y se amontonan entre el alambre de púas, logran cruzar y corren hacia donde se encuentran un portón metálico y un vehículo de la Patrulla Fronteriza.
En otro de los huecos, un guardia nacional también está solo ante decenas de extranjeros que ingresan, y opta por lanzar patadas para que no se puedan levantar y atravesar el alambre de navajas.
Algunos migrantes, incluidos niños, dejaron entre las púas restos de ropa rasgada, o se cortaron piel, mientras corrían para aprovechar el momento de desventaja de los militares texanos, que no pudieron hacer presencia en todos los huecos.
Después, cinco elementos de la Guardia Nacional interpusieron sus cuerpos frente a una aglomeración de las decenas que hasta ese momento habían cruzado la barrera de malla, fueron sobrepasados y la multitud culminó la carrera pegándose al portón metálico de la Puerta 36.
Los indocumentados llevaban tres días acampando del lado mexicano en espera de que los recibieron para solicitar el trámite de asilo político.
Más tarde llegaron por la Puerta 36 varios camiones de pasajeros, a los que subieron a los que traspasaron la barrera de malla metálica.
Los extranjeros fueron trasladados al centro de procesamiento por parte de la Patrulla Fronteriza a fin de aclarar su situación migratoria.
Mientras, Marco Moreno, cónsul general de México en Nogales, Arizona, advirtió que El Estado mexicano, a través de la representación legal de Gabriel Cuen, migrante fallecido de un balazo por la espalda que le habría propinado el ranchero George Alan Kelly, busca que éste sea enjuiciado con todo rigor y que el crimen no quede impune. El diplomático destacó que Kelly, de 75 años, será juzgado en la Corte Superior del Condado de Santa Cruz del 21 de marzo al 19 de abril.
El crimen de Gabriel Cuen, de 48 años, ocurrió el 30 de enero de 2023, cuando cruzó la frontera sin documentos y atravesó el rancho de Kelly en Kino Spring, donde el granjero le disparó por la espalda con un rifle de asalto AK-47.
Kelly inicialmente enfrentó cargos por homicidio en primer grado, que se le redujeron a asesinato en segundo grado y dos cargos de asalto. El acusado rechazó en enero pasado un acuerdo con la fiscalía para declararse culpable, lo que reduciría las acusaciones en su contra a una por homicidio negligente, y le habría permitido purgar la condena en libertad.
Oriundo de Buaysiacobe, Sonora, Cuen era padre de siete hijos.
(Con información de la corresponsal Cristina Gómez Lima )