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Flagelo común en todas las áreas

Médicas residentes del Incan luchan contra el hostigamiento sexual

La dependencia tiene pésima fama por el maltrato a personal en formación, afirma especialista y activista

 
Periódico La Jornada
Viernes 8 de marzo de 2024, p. 9

Ser médico residente en hospitales públicos es un desafío mayúsculo, pero si además se trata de una mujer y está en el Instituto Nacional de Cancerología (Incan), el reto se vuelve inconmensurable.

Tradicionalmente, ellas han enfrentado hostigamiento, acoso sexual y violencia de género, afirmó Patricia Volkow, internista, infectóloga y presidenta de la nueva Comisión de Igualdad y Equidad de Género del Incan.

La especialista, con más de 30 años de antigüedad en el instituto, fundadora de la clínica de cáncer y VIH/sida, señaló que ha habido médicos residentes de nuevo ingreso que duran unas semanas y se van, y otros que prefieren buscar espacio en otro hospital, antes que llegar al Incan. Tiene una pésima fama por el maltrato que recibe el personal en formación.

Como no sé quedarme con los brazos cruzados, desde hace años las trabajadoras me han buscado para pedir ayuda cuando son víctimas de agresiones por parte de sus superiores y ha pasado en el área administrativa, médica y de enfermería.

La comisión surgió hace unos meses por iniciativa de la Comisión Coordinadora de los Institutos Nacionales de Salud y Hospitales de Alta Especialidad.

Esa nueva instancia interpone denuncias, acompaña a la víctima, gestiona la erradicación de agresiones y, si es el caso, que el o los responsables salgan de la institución.

Volkow se declara convencida de que el machismo y la misoginia van a desaparecer del Incan y relató situaciones incomprensibles entre profesionistas de la medicina, hombres, que no entienden por qué las mujeres se molestan.

¿Qué tiene si la toco o la rozo, qué va a pasar?, es lo menos que le ha tocado escuchar a Volkow, quien recuerda que hace años se realizaba la ceremonia de bienvenida de médicos residentes y las mujeres eran obligadas a permanecer en el auditorio, calladas, mientras el decano de cirugía se la pasaba haciendo comentarios, que le parecían graciosos, sobre las mujeres.

Con las médicas residentes, lo más frecuente es la aplicación de castigos excesivos, si se niegan a salir con alguno de los médicos varones o si protestan por lo que les dicen o imponen en el trabajo diario. Por eso, una de las primeras acciones que impulsa la Comisión de Igualdad y Equidad es la modificación del Reglamento de Médicos Residentes.

Volkow sostuvo que no corresponde a los de mayor grado sancionar a sus compañeros. Debe ser responsabilidad de los titulares de los cursos en cada área conocer de las faltas, si las hay, el contexto en que se cometen, así como las atenuantes y de ser el caso, aplicar las sanciones. Es un primer paso, afirmó.