Hay centenares de migrantes de Marruecos y Senegal
Martes 30 de enero de 2024, p. 23
Madrid. Las salas de acogida a solicitantes del asilo de las tres principales terminales del aeropuerto de Madrid-Barajas se encuentran en una situación crítica, con el hacinamiento de centenares de personas, la mayoría procedentes de Senegal y Marruecos, por lo que el ministerio del Interior ordenó el despliegue de agentes antidisturbios.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, la Cruz Roja, el Defensor del Pueblo, así como la Comisión Española de Ayuda al Refugiado expresaron su preocupación ante el limbo jurídico en el que se encuentran más de 400 personas en la terminal aérea madrileña, al no tener autorización para entrar al país o, en su defecto, ser repatriados al suyo. Los pasillos de las terminales 4 y uno del aeropuerto madrileño se convirtieron en una especie de centro de acogida improvisado para centenares de personas que duermen en el suelo o en las sillas de las salas de espera; utilizan los baños destinados a los viajeros para asearse o hacer sus necesidades, y deambulan en busca de algo para comer o beber.
Son en su mayoría solicitantes de asilo procedentes de Marruecos y Senegal, quienes utilizaron la ru-ta más socorrida: el vuelo que comunica Casablanca con Madrid.
El problema es que una vez que se enfrentan al control migratorio y les impiden la entrada por falta de visa, estas personas son trasladadas a las salas de acogida temporal en la terminal aérea, pero están saturadas desde hace unas semanas.
El aeropuerto madrileño tiene cuatro terminales, y de ellas, la uno, dos y cuatro son de carácter internacional.
En cada una hay una sala destinada exclusivamente para este tipo de casos; una de 250 metros cuadrados, otra con casi 800 y una más de unos 160 metros cuadrados.
Estos espacios están acondicionados con literas, baños y comedores específicos.
Conflictos de convivencia entre personas hacinadas
Sin embargo, ante el hacinamiento el ministerio del Interior, presidido por el socialista Fernando Grande-Marlaska, decidió construir de forma urgente una sala más, al menos para paliar la crisis actual. De acuerdo con la versión del ministerio del Interior, ya se han producido algunos conflictos de convivencia entre las personas hacinadas, sobre todo entre los dos grupos mayoritarios, el de los senagaleses y los marroquíes, mismos que han protagonizado disputas por el control del territorio
; es decir, las sillas vacías, los baños o la comida.
Esas supuestas peleas
fueron la justificación para desplegar dentro del aeropuerto un dispositivo de hasta 15 agentes antidisturbios con la única encomienda de mantener el orden
.
En una reciente visita al aeropuerto por parte de la alta comisionada de Naciones Unidas para los Refugiados en España (Acnur), Sophie Muller, se insistió en la urgencia de resolver una situación que atenta contra los derechos humanos de las personas solicitantes de asilo.