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Emociona a intérpretes de Carmen “conectar en vivo” con el público del mundo desde la Met de NY

Las actuaciones de la mezzosoprano Aigul Akhmetshina y del tenor Piotr Beczala se proyectarán hoy en la gran pantalla del Auditorio Nacional

 
Periódico La Jornada
Sábado 27 de enero de 2024, p. 3

La ópera Carmen es una historia sobre relaciones complicadas, opina la mezzosoprano rusa Aigul Akhmetshina, quien, al lado del tenor polaco Piotr Beczala, protagoniza esta tragedia de celos y amor pasional que este sábado expande su audiencia hasta la capital mexicana con la proyección de la función en vivo desde la Metropolitan (Met) Opera de Nueva York en la gran pantalla del Auditorio Nacional.

Carmen, interpretada por Akhmetshina, es una mujer libre de espíritu, que lucha por el derecho a hacer lo que decida. Beczala encarna a un Don José que llega a un final desesperado, arrebatado por las emociones. Ambos cantantes conversaron en entrevista con La Jornada sobre la producción de la casa de ópera estadunidense.

Lo que ha cambiado en el tiempo que vivimos ahora es que estamos más conscientes del problema de que mujeres en todo el mundo son asesinadas por sus parejas. Y ninguna persona merece morir porque rechaza a alguien; estamos contra cualquier tipo de violencia, dice la cantante que a los 27 años brilla por su amplia gama de interpretación de este personaje femenino.

Una de las óperas más famosas en la historia se traslada a la época actual, con la música de Georges Bizet, y libreto de Henri Meilhac y Ludovic Halévy. La gitana que trabaja en una cigarrera y enamora a un soldado ahora es una obrera que viste botas vaqueras y jeans. La Sevilla española del siglo XIX cambia por una ciudad industrial de Estados Unidos, con autos y camiones sobre un escenario rodeado por muros alambrados. El trágico triángulo pasional se completa por un campeón de rodeo y no por un torero.

No cambia la forma de cantar, pero sí el lenguaje del cuerpo para un tiempo y lugar específico, en este caso, el país norteamericano en tiempos modernos, y menos drama, opinan.

Saber que miles están viendo de manera simultanea más allá de las paredes de la mítica casa de ópera en la isla de Manhattan no cambia mucho las cosas para Beczala, quien se enfoca en su personaje; básicamente, hacemos el mismo trabajo de siempre, que es lo más importante. No es una película, no tenemos oportunidad de otra toma; es en vivo, lo que pasa, pasa, únicamente está más atento a la posición de las cámaras.

En cambio, para Akhmetshina, “es muy emocionante que tantas personas puedan conectarse contigo en una actuación en vivo. Como la perfeccionista que soy pienso: ‘¡Dios mío, esta presentación estará ahí por siempre, necesito ser extraordinaria!’, y me vuelvo loca a mí misma con esto. Pero, al mismo tiempo, me entusiasma propagar la ópera, cuyos boletos pueden ser muy costosos”, conversan los protagonistas de Carmen en una versión que conjunta la juventud de la deslumbrante cantante rusa y el encanto experimentado del tenor polaco de 57 años. Llegar a todo el mundo, incluido México, es el verdadero sueño, dice Beczala.

Deslumbramiento simultáneo

La emoción de ver ascender los candelabros de cristal de la sala en Nueva York y que se apaguen las luces, hace metamorfosis en las salas de cine y auditorios de distintas latitudes del planeta, todos conectados de manera simultánea para deslumbrarse por las poderosas voces, la majestuosa orquesta y la conmovedora historia. En el coloso de Paseo de la Reforma se verá en pantalla gigante de alta definición.

He oído que es uno de los más grandes de México, ¡es aterrador!, manifiesta ella, mientras su coprotagonista dice rotundo: No, no, no.

Después de una franca risa, ella reconsidera: Por su puesto, estás nervioso en el primer minuto, pero en cuanto entras en el personaje te olvidas de la transmisión.

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▲ La famosa ópera de Bizet en esta versión se traslada a la época actual.Foto Ken Howard/Met Opera

Para Beczala, es una idea fantástica tener esta conexión en vivo con el público alrededor del mundo. Por supuesto, México es un país con tantos amantes de la ópera, pero no todos pueden venir a Nueva York a ver las funciones.

El último día de diciembre pasado se estrenó la nueva producción en la Met, desde el imaginario de la directora de escena Carrie Cracknell, quien transporta la acción a la actualidad y encuentra en el centro del drama cuestiones que no podrían ser más relevantes hoy día: la violencia de género, las estructuras laborales abusivas y el deseo de romper las fronteras sociales, anuncia la ópera neoyorquina en su cartelera.

Cuando Bizet estrenó Carmen en 1875 en la Opéra-Comique, en París, fue un escándalo. El compositor francés murió tres meses después y no pudo conocer el gran éxito que logró, al punto de ser una de las óperas que más se llevan a escena en el mundo. Su obra maestra es protagonizada por una seductora gitana que vive según sus reglas, una fuerza de la naturaleza que se ha convertido en una figura cultural femenina definitoria.

No se necesita ser un experto para disfrutar la ópera, coinciden ambas estrellas del bel canto. El tenor expresa que las mejores actuaciones son cuando el público no habla la lengua y está por completo en la historia. Cuando lees las reseñas de algunos especialistas, ellos ven 5 mil detalles, pero no se interesan en lo básico; la gente que no está conectada con la ópera desde el lado profesional es el público más valioso, porque realmente disfruta y percibe las emociones.

Totalmente de acuerdo, agrega la mezzosoprano, quien encuentra que los oyentes que no están predeterminados por la música clásica o la ópera pueden tener la experiencia con una mente abierta; ese público es muy generoso dando y recibiendo.

“Amo cuando la gente viene a la ópera por primera vez. Recomiendo no empezar con Wagner. Es decir, amo a Wagner, pero es para un público maduro. Yo sugeriría, digamos de alguna forma, pop ópera, La traviata, Rigoletto, La bohemia”, explica para ser interrumpida inmediatamente por Piotr.

¡Vamos! No estoy de acuerdo, protesta. Después de un momento de diferendo entre risas, él agrega: “Sí, está bien, pero no estoy hablando de El anillo del nibelungo o Sigfrido, pero Lohengrin, que es un cuento de hadas”, defiende una de las óperas más significativas en su carrera por la proyección que lo catapultó al éxito.

Las pantallas abren mundos. Piotr Beczala considera que ver la ópera en devedé es muy diferente a apreciarla en tiempo real. Desde de que comenzó la iniciativa de la Met con las proyecciones en vivo en 2019 en el pueblito de Czechowice-Dziedzice, en el sur de Polonia, “compraron todo el equipo especial para presentar las óperas. Van vestidos con smoking y el boleto incluye una copa de vino; es todo un suceso en mi ciudad natal”.

Lo que se promete este sábado es un poderoso cuarteto de estrellas integrado por Aigul Akhmetshina en el complejo papel principal y Piotr Beczala como el inestable amante de Carmen; se completa con la soprano Angel Blue como Micaëla y el bajo barítono Kyle Ketelsel como el fanfarrón Escamillo. La trepidante partitura de Bizet será interpretada por la orquesta dirigida por Daniele Rustioni.

La función de Carmen llega a la gran pantalla este sábado a las 12 horas en el Auditorio Nacional (Paseo de la Reforma y Campo Marte), como parte de la serie Met’s Live en HD.