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El Museo del Estanquillo repasa el papel de la caricatura en la Revolución
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▲ Caricatura Cómo nos encuentra el Año Nuevo, atribuida a Jesús Martínez Carrión, tomada de El Hijo del Ahuizote, T. XV, N. 715, 7 de enero de 1900. Litografía coloreada a mano.Foto cortesía del museo
 
Periódico La Jornada
Sábado 20 de enero de 2024, p. 3

Una investigación de al menos dos décadas sustenta Caricatura y Revolución: Los Flores Magón y las revistas satíricas de combate, exposición de más de 500 piezas, entre litografías, grabados en metal, dibujos, fotografías y libros, curada por el especialista Rafael Barajas El Fisgón, que abre hoy en el Museo del Estanquillo Colecciones Carlos Monsiváis. El Hijo del Ahuizote, El Colmillo Público y El Ahuizote Jacobino son revistas de caricatura esenciales para la historia de México.

Para entender el peso histórico de El Hijo del Ahuizote (1885-1904) hay que saber dónde surgen las revistas de caricatura. Cuando Barajas empezó a hacer su investigación, cuyo eje central siempre fue la caricatura mexicana del siglo XIX, sobre todo El Hijo del Ahuizote, aún vivía Monsiváis, con quien solía acudir a la Plaza del Ángel, conocida por su oferta de antigüedades, entre ellas, estampas y dibujos.

Por décadas, la gráfica fue despreciada, vista como algo trivial; no obstante, estoy convencido de que estas imágenes tienen gran valor cultural, aunque a lo mejor no de mercado. Porque las imágenes tienen la capacidad de contener ideas, incluso, tesis completas. En la muestra, que ocupa dos pisos del recinto, se verá en qué medida la caricatura mexicana del siglo XIX dio pie a la Revolución de 1910.

Sin embargo, a fin de expresar el peso político y social que tuvieron las revistas en cuestión, el curador tuvo que investigar acerca de la relación de la gráfica con el poder, como ésta fue evolucionando, primero en Europa. Luego, ver cómo llegó esta modalidad a México, donde se concretó en un proyecto muy peculiar, la caricatura de combate, para después ver cómo ésta dio lugar a la primera revolución social del mundo.

Una de las cosas que más sorprendieron al caricaturista fue que nadie había estudiado El Hijo del Ahuizote: Todos los expertos lo citaban, hablaban del peso que tuvo en la generación de los revolucionarios; sin embargo, no había un solo estudio sobre cómo funcionaba, quiénes lo hacían... no había nada. Al trabajar el material, me di cuenta de que era de una riqueza artística, cultural y política impresionante.

La exhibición del Estanquillo repasa una historia que se concreta a principios del siglo XX, pero que se inicia siglos antes con la democratización del arte, precisamente, la gráfica. El recorrido comienza con las estampas religiosas del periodo virreinal y cómo dieron paso a la caricatura popular. Inglaterra y Francia fueron, de alguna manera, la cuna de este género, con William Hogarth y James Gillroy, éste considerado el primer caricaturista político a finales del siglo XVIII. También está presente Francisco de Goya en tanto crítico de la sociedad.

Arte, poder transformador

En 1825, el francés Henri de Saint Simón reflexionó sobre el potencial del arte como transformador social. Dijo: “seremos nosotros, los artistas, la vanguardia. El poder del arte, en efecto, es más inmediato y más rápido: cuando deseamos difundir nuevas ideas entre los hombres, las inscribimos en el mármol y la tela… de este modo, sobre todo, ejercemos una influencia eléctrica y victoriosa”. Sostenía: necesitamos cambiar el régimen y quienes lo pueden hacer son los artistas, citó Barajas.

Las revistas mexicanas de caricatura de combate tienen origen en sus contrapartes galas, como La Caricature y Le Charivari; el prototipo de esta última resonó en todo el mundo y, por supuesto, llegó a México. La primera andanada de caricaturas nacionales fue dirigida contra Antonio López de Santa Anna. El semanario El Ahuizote contribuyó a derrocar al mandatario Sebastián Lerdo de Tejada, mientras el periódico El Hijo del Ahuizote fue combativo de la dictadura de Porfirio Díaz.

Caricatura y Revolución: Los Flores Magón y las revistas satíricas de combate se inaugura hoy a las 13 horas en el Museo del Estanquillo Colecciones Carlos Monsiváis (Isabel la Católica 26. Centro Histórico).