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Arriba al país el mural colectivo Somos las memorias del olvido

Realizado por 30 artistas mexicanos y colombianos, se exhibe en el Centro Cultural Bella Época

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▲ La exposición de la obra es parte de las celebraciones por los 90 años del FCE, que se cumplen este 2024.Foto José Antonio López
 
Periódico La Jornada
Sábado 20 de enero de 2024, p. 3

El mural gráfico Somos las memorias del olvido llega a nuestro país con un mensaje en favor de la paz y la fraternidad, y se suma a las celebraciones del 90 aniversario del Fondo de Cultura Económica (FCE), que se cumple este 2024.

Es una obra colectiva binacional elaborada en abril del año pasado –sobre un soporte de tela de casi 30 metros de largo por 1.6 de alto– por un grupo de 30 artistas mexicanos y colombianos, entre ellos, víctimas de la violencia en aquella nación sudamericana, como parte de las 200 actividades con las que México participó en la 35 Feria Internacional del Libro de Bogotá, Colombia, donde fue el país invitado de honor.

Hace alusión a la esperanza de no olvidar, la esperanza de la memoria del futuro, que no se nos olvide el dolor que hemos sufrido los dos países por la violencia, sin importar la razón que la genera, describió el editor Emilio Payán, coordinador del equipo creador.

Es muy importante tener el mural aquí. Queremos presentarlo en otros lugares, que circule; es fácil enrollarlo y podemos colgarlo en plazas públicas; en una (escuela) Normal estaría increíble. El trabajo y diálogo colectivo y de comunidad está aquí plasmado, y es lo mas importante para mí.

La pieza, que se exhibe por tiempo indefinido en la Librería Rosario Castellanos, del Centro Cultural Bella Época, es una de las dos copias realizadas in situ en aquella ocasión. La otra, tras ser mostrada en el pabellón mexicano de esa feria, fue donada al Estado colombiano para el acervo del Museo de la Memoria, aún en construcción, señaló Marco Barrera Bassols, coordinador de Vinculación Internacional del FCE –instancia que junto con las secretarías de Cultura federal y de Relaciones Exteriores organizaron la participación nacional en aquel encuentro libresco en Colombia–, al hacer la presentación oficial del mural, la noche del jueves, en dicha librería (avenida Tamaulipas, colonia Hipódromo).

Atención conjunta

Explicó que su título tiene que ver con que México y Colombia han vivido conflictos armados recientes y ambos requieren encontrar caminos para la paz, la paz total que busca el presidente (Gustavo) Petro; cuando éste la ha hecho explícita, ha dejado en claro que nuestros países requieren atender esos temas de manera conjunta.

Agregó que eso incluye los conflictos armados, los problemas de la droga y la migración, mucha de la cual, cada vez más en ascenso, está provocada por esos fenómenos.

El también museógrafo refirió que esa obra fue planeada desde un inicio como “una construcción colectiva. No podíamos pensar en hacer un mural desde aquí (México), con artistas mexicanos, y llevarlo a Colombia.

No era el camino y abrimos el diálogo con el Centro y el Museo de la Memoria, ruta en la cual nos dimos a la tarea de buscar a víctimas del conflicto, y a partir de una serie de talleres, encontrar un discurso que los artistas debían plasmar. Fue un ejercicio colectivo, no un hecho individual.

Acompañado por la grabadora Patricia Soriano, Emilio Payán destacó que el mural es resultado de tres talleres en los que participaron artistas mexicanos y colombianos, así como víctimas de la violencia en aquel país, provocada por el narcotráfico, la guerrilla o la dinámica citadina.

Vale la pena resaltar el diálogo entre los artistas de ambas naciones y que las víctimas se convirtieran en creadores. Fue muy sanador para todos. Sobre todo, lo que allí vimos y respiramos fue un dolor inmenso de los artistas y de cómo expresarlo, pero nos hermanó a todos, apuntó.

Se sentía una hermandad muy bonita, de solidaridad, de platicar qué iba a hacer cada quien y cuál era su posición y su experiencia sobre la guerra. Pusimos los temas sobre la mesa, para hablar de la historia o la memoria sobre lo que nos ha pasado.

Tras precisar la técnica empleada para la elaboración del mural –placas de unicel trabajadas con el calor de un cautín y luego impresas de manera conjunta con una aplanadora–, Payán resaltó la importancia de hacer trabajos artísticos colectivos sin dejar de lado el tema de la violencia.