Acapulco, Gro.. De 280 anuncios espectaculares que la autoridad municipal tiene empadronados, 200 son propiedad privada, por lo que el ayuntamiento emitió igual número de notificaciones para que sean retirados, informó la secretaria de Desarrollo Urbano y Obras Públicas, Luz María Meraza Radilla.

Si no hay respuesta, advirtió, las autoridades los quitarán ya que las estructuras se convirtieron en un peligro para la vida humana y la infraestructura urbana como ocurrió durante el paso del huracán Otis.

Meraza Radilla recalcó que la colocación de espectaculares en este momento está prohibida hasta que se haga un análisis técnico y científico para determinar el riesgo que representan o no.

Indicó que la normatividad para ese tipo de anuncios deberá ser modificada, según las conclusiones del estudio, ya sea para permitir o evitar que sean colocadas a cierta altura, entre otras especificaciones. De momento, dijo que algunos empresarios han aceptado el retiro de los espectaculares.

En conferencia de prensa, Meraza Radilla explicó que se diseña un programa de reconstrucción de obras públicas e infraestructura municipal que quedaron pendientes debido a los daños causados por el meteoro del 25 de octubre pasado.

Mencionó también que llevan 55 por ciento de avance en la recolección de basura. A la fecha han reunido más 300 mil toneladas de desechos de calles y avenidas, de un estimado de 600 mil toneladas generadas por el huracán.

En ese contexto, activistas y organizaciones defensoras del medio ambiente pidieron a las autoridades federales implementar un plan urgente de limpieza del fondo marino, al advertir los riesgos que representan los cientos de embarcaciones hundidas en la bahía de Acapulco durante el paso del meteoro.

Tras el huracán dueños y trabajadores reportaron más de 600 embarcaciones hundidas. Los ambientalistas alertaron sobre el riesgo de derrames de combustibles en el agua, entre otros factores que representan un peligro para los bañistas, como la fibra de vidrio de las lanchas y yates de todos tamaños, cuyos restos siguen siendo arrojados por el mar a la franja de arena.