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Destaca BdeM exitosa estrategia fiscal ante la pandemia
 
Periódico La Jornada
Domingo 3 de diciembre de 2023, p. 14

Mientras otros países recurrieron a endeudamiento para enfrentar la pandemia de covid-19, deteriorando su déficit público, el gobierno mexicano puso en práctica una política pública distinta, lo que provocó que su déficit aumentara de manera moderada. Dicha acción, informó el Banco de México (BdeM), fortaleció los fundamentales macroeconómicos del país tras la emergencia sanitaria.

En un estudio presentado dentro de su informe trimestral julio-septiembre, el banco central explicó que en 2020 la acelerada propagación de la pandemia de covid-19 tuvo efectos importantes sobre la actividad económica global y los mercados financieros internacionales.

Las medidas adoptadas para hacer frente a la pandemia, como lo fueron el distanciamiento social y las restricciones de movilidad, contribuyeron también a la caída de los precios internacionales del petróleo.

En este complejo contexto, añadió, la coordinación de las políticas monetaria y fiscal en la mayoría de los países, incluyendo México, fue en el sentido de apoyar la demanda agregada para mitigar los efectos de la crisis que se presentaba.

En 2021, la política fiscal de los diferentes países comenzó un proceso de consolidación, al tiempo que la política monetaria continuaba apoyando a la actividad económica.

En particular, la política fiscal enfrentaba el reto, por un lado, de proveer de apoyos a las empresas, a los grupos más vulnerables afectados por desempleo, y a destinar recursos al sector salud para la compra de vacunas y para hacer frente a hospitalizaciones por el coronavirus. Por otro lado, era importante consolidar los déficits públicos, ya que estos se habían incrementado de forma muy importante.

Remarcó que en 2020, producto del aumento de los déficits públicos de diferentes países para enfrentar los estragos de la pandemia, la deuda global se ubicó en 99.7 por ciento del PIB, bajando a 95.5 por ciento del PIB global en 2021; no obstante, dicha cifra aún seguía por encima de los niveles registrados antes de la emergencia sanitaria.

En cuanto a la política monetaria, aseguró el BdeM, la postura de la mayoría de los bancos centrales se mantuvo laxa. No obstante, las presiones inflacionarias por problemas en las cadenas de suministro, el avance de la recuperación de la demanda y el incremento en los precios de las materias primas se fueron haciendo más evidentes.

Así, a partir del segundo trimestre de ese año, diversos bancos centrales comenzaron a apretar su postura monetaria, incrementando las tasas de interés, lo que incluyó a México.

En 2022, ambas políticas, en general, trabajaron en la misma dirección. Por un lado, los bancos centrales endurecieron su postura monetaria ante las fuertes presiones de inflación, la cual reflejaba la persistencia de los cuellos de botella en la producción y las presiones sobre los precios de las materias primas del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.

Indicó que en lo que va de 2023, la coordinación en los países ha disminuido respecto a 2022. Por una parte, la política monetaria continuó siendo restrictiva para hacer frente a las presiones inflacionarias aún persistentes, mientras la fotografía de la postura fiscal ha sido mixta, pues en algunos países sigue el proceso de consolidación fiscal, mientras que en otros esta postura se relajó.

En el caso concreto de México señaló que en años recientes se ha observado una coordinación de ambas políticas, lo cual ha sido pieza esencial en el fortalecimiento de los fundamentales macroeconómicos.

En 2020, ante los distintos choques que enfrentó la economía mexicana, las políticas fiscal y monetaria actuaron en consecuencia para atenuar el impacto. Una coordinación similar se observó en 2021. En 2022, la política monetaria fue restrictiva, mientras se observó un incremento en el déficit primario. Sin embargo, México no requería de un ajuste fiscal importante en los años siguientes a la pandemia comparado con otros países.