Washington y Nueva York. En un acto motivado por enorme nostalgia imperial, un grupo de senadores republicanos ha impulsado una resolución legislativa que establece que la Doctrina Monroe es un principio duradero y vigente de la política exterior de Estados Unidos.

La resolución reafirma los derechos e intereses de Estados Unidos acordes con la Doctrina Monroe, de oponerse a un poder extranjero extendiendo influencia maligna que podría poner en peligro o minar las democracias del hemisferio occidental y reconoce los principios de libertad e independencia, tal como están consagrados en la Doctrina Monroe, como una piedra angular duradera de la política exterior de Estados Unidos.

Aparentemente inconscientes de lo que significa para el hemisferio esa doctrina, y sus implicaciones imperiales 200 años después, los legisladores republicanos están festejando la promulgación de esa doctrina por el presidente James Monroe en 1823, como una gran aportación estadunidense para el hemisferio, incluida la independencia de México.

De hecho, la resolución establece que entre sus otras virtudes a lo largo de su historia, la Doctrina Monroe fue invocada por el gobierno de Estados Unidos en 1865 ‘para ejercer presión diplomática y militar en apoyo del presidente mexicano Benito Juárez, lo cual permitió que éste encabezara una revuelta exitosa contra el emperador Maximiliano, quien había sido colocado en el trono por el imperio francés”.

Entre otros recuerdos, la resolución subraya que la doctrina fue invocada por el presidente John F. Kennedy en 1962, cuando la Unión Soviética estableció una base para misiles en Cuba, y que fue en parte por ello que se logró el revés de Moscú.

También recuerda que en 1987, por un voto bipartidista de 90 a dos, se aprobó una ley de financiamiento militar que entre otras cosas afirmaba que el sentir del Senado de que la política de Estados Unidos hacia América Central debería de ser basada sobre los principios de la Doctrina Monroe.

La resolución, en su resumen de algunos de los momentos históricos en que la doctrina fue invocada, afirma que Monroe sigue vigente hasta hoy día, recordando que la Estrategia de Seguridad Nacional fechada en octubre de 2022 y la postura oficial del Comando Sur de Estados Unidos para 2023 destaca la amenaza de interferencia o coerción extranjera en el hemisferio occidental por China, Rusia e Irán.

El senador Jim Risch, el republicano de mayor rango en el Comité de Relaciones Exteriores y uno de los patrocinadores de la resolución, explicó que en 1823, James Monroe advirtió a los poderes autocráticos de ese tiempo no interferir en los asuntos de las repúblicas independientes del hemisferio occidental. Doscientos años más tarde, la Doctrina Monroe está viva y bien y ha sido abrazada por virtualmente todo presidente y gobierno desde que fue implementada. Advirtió que las amenazas al hemisferio hoy día provienen de China, Rusia e Irán y por ello ante el aniversario 200 de la Doctrina Monroe estoy orgulloso de introducir una resolución reafirmando su papel como un principio duradero de la política exterior estadunidense.

John Kerry declaró el fin de esa era

Sin embargo, Risch y sus colegas evitaron recordar que la Doctrina Monroe fue retóricamente rechazada por algunos gobiernos recientes, los cuales incluso expresaron un poco de pena por su existencia. En 2013, durante el gobierno de Barack Obama, su entonces secretario de Estado John Kerry declaró ante la Organización de Estados Americanos que la era de la Doctrina Monroe se ha acabado. Insistió en que había pasado el tiempo en que Estados Unidos decía cómo y cuándo intervendrá en los asuntos de otros estados americanos, sino que la relación que se buscaba en las Américas era entre iguales, en el marco de la cooperación.

Más recientemente, aunque sin mencionar de manera explícita la doctrina, el presidente Joe Biden también ha expresado que Estados Unidos ya no percibe a América Latina como su patio trasero y que no dictamos lo que ocurre en otras partes de este continente.

Pero la resolución introducidla por una decena de senadores republicanos –incluyendo a Marco Rubio de Florida, John Cornyn de Texas y Chuck Grassley de Iowa– es un eco de dos siglos de justificaciones de incesantes intervenciones en el hemisferio, sobre todo a partir de 1898 con la llamada guerra contra España que en lo hechos llevó a la conquista de Puerto Rico, intervención en Filipinas y en Cuba, a algo que tan recientemente como durante el gobierno de Donald Trump fue orgullosamente reafirmada con su asesor de Seguridad Nacional John Bolton repitiendo que la Doctrina Monroe está viva y bien.

Esa nostalgia sigue presente.

El texto de la resolución: https://www.foreign.senate.gov/imo/media/doc/10-26-23_monroe_doctrine_res.pdf