Durante 16 años, se quitó el derecho a soñar a Temaca, Acasico y Palmarejo, su futuro era incierto, el desplazamiento forzado por la presa El Zapotillo era una condena la cual los habitantes de las comunidades, como sus aliados, negaron aceptar.
Temaca, pequeño pueblo rodeado de cerros, durante todos estos años realizó un largo camino de resistencias: marchas, investigaciones, exposición de fotos, podcast, foros, caravanas, tomas, amparos, oraciones elevadas al cielo y plegarias al Señor de la Peñita y a la Virgen de los Remedios, para parar la maldición que llegó con el nombre de presa en el año 2005. Acá mencionaré unas cuantas, de las múltiples expresiones de comunicación, algunas gestadas desde la orilla del río verde por las y los pobladores, otras con apoyo de decenas de personas que tomaron la defensa y para quienes esta lucha ha sido una gran maestra, desde lugar tranquilo, de agua caliente y con olor a chile.
La diversas acciones de comunicación realizadas durante todos estos años eran para alzar la voz sobre las injusticias múltiples de esta obra hidráulica pero también para honrar la memoria, para recordar el amor, la fe y la unión que logró parar la pesadilla y que también dejó ver el talento que hay dentro de la comunidad y cómo la comunicación es una apuesta para la defensa de los territorios.
El Zapotillo provocó que los habitantes afectados y afectadas encontraran dentro de ellos una fuerza que no conocían, exigieron que sus palabras fueran escuchadas por las autoridades de todos niveles, por los habitantes de Guadalajara, León y los Altos de Jalisco. En las calles de Temaca, las múltiples expresiones culturales, artísticas y deportivas, se reflejaba eso.
Mujeres, sobre todo, hombres, abuelos, abuelas, jóvenes, niñas y niños, que tomaron el megáfono, la brocha, la cámara y la guitarra. Se hicieron expertas y expertos de la gestión del agua, tuvieron más confianza para hablar al público con la cara en alto frente a cualquier funcionario, recorrieron diversos territorios fuera y dentro de México y abrieron sus casas para otrxs afectados. Los habitantes de estas pequeñas comunidades de los Altos de Jalisco, recibieron y dieron apoyo y solidaridad a otras luchas a favor de los ríos a lo largo de este gran viacrucis.
Las mantas y murales han estado presentes desde el inicio, consignas ,afirmaciones, mensajes a los diferentes gobernantes en turno, llamados a la esperanza, a seguir luchando, llenaron las calles … “no al Zapotillo”, “Esta casa no está en venta. Mientras Dios nos de vida, viviremos aquí”, “Temaca está bien ubicado, NO a la reubicación”, “No nos vamos a salir“, ”Los hijos ausentes salimos de nuestro pueblo con el sueño de regresar algún día y al inundar Temaca, inundan el sueño de todos nosotros”; ”rios libres”. En los murales se ven chiles, ríos, niños, podemos encontrar consignas sobre “Libertad” y “con agua todo, sin ella nada” .
La música ha sido acompañante para la exigencia de los temacapulenses de parar la presa. En el 2008, en el marco del encuentro Mapder, Manuel Carvajal, conocido como «El bombón», junto con habitantes de Guadalajara, compusieron la canción de «Entre cuatros cerros», que se convirtió en un himno de esta lucha, y que inspiró que se grabara un disco con canciones que ponen en manifiesto el sentimiento de la comunidad, se incluyen canciones como «Señor Pitágoras» y «Adiós Temaca». Entre otras canciones está «No venderé», inspirada en la ranchera «No volveré». Después se grabó el disco «Mi corazón no se vende» donde había letras de Gabriel Espinoza e interpretaciones de las hermanas Carvajal. Durante unos años también estuvo presente la Banda La Peñita Temacapulín integrada por jóvenes de la comunidad
Han existido diversas campañas en redes sociales como «Los ojos del mundo están puestos en Temaca», « es tiempo de cumplir », « ni un peso más al zapotillo», muchas de ellas se podían encontrar en el Facebook y los carteles que quedan en las casas como recuerdos. Estas fueron estratégicas y donde los hijos ausentes de GDL, Monterrey y EUA, compartían memes, información y luchaban desde sus trincheras.
Se han gestado proyectos culturales y deportivos, que a la fecha ya son incorporados como parte del calendario festivo de la comunidad, como es la Feria del Chile, donde se centra una de las producciones más significativas de la región: el chile de árbol Yahualica. La carrera de Los Remedios consiguió ya 16 ediciones, que atrae a corredores de toda la región. O la Semana Cultural Alfredo R. Placencia.
Desde el audiovisual, existe una gran cantidad de videos y documentales, como «Entre Cuatros Cerros», «Pertenezco a Temaca», «Un río corre a través de nosotros», «Temacapulín, pueblo luminoso», y más.
En esta nueva etapa que se vive en la comunidad siguen presentes propuestas culturales, como Semilleros Creativos de Temacapulín, donde Miguel Ángel Vera Sansón, junto con los niños y niñas llevan la lucha por el agua al escenario teatral. Y el Convite cultural de Temacapulín. llevado por Blanca Gutiérrez, donde borda y genera un espacio para seguir fortaleciendo a la comunidad. Estos dos programas de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México.
Hoy las comunidades enfrentan un nuevo reto, el de construir esos sueños, la tarea no será fácil, pero se tendrá que pintar nuevos murales, escribir nuevas canciones, recordar las múltiples historias que se encuentran en estas luchas y escribir nuevas memorias. •