Migrantes que han sido detenidos por el Instituto Nacional de Migración (INM) y trasladados de los estados del norte a Villahermosa, Tabasco, denunciaron que en muchas ocasiones los llevan a esta entidad sólo para dejarlos ahí, sin opciones de trámite de algún documento y que cada quien con sus medios decida adónde irse. Agregaron que en el trayecto son incomunicados, les retiran sus pertenencias y no les dan información clara sobre el proceso.

Una táctica de desgaste y presión sicológica, coincidieron en señalar diversos testimonios. En tanto, Claudia Velásquez, coordinadora operativa de Mujeres, Organización y Territorios Moots, colectivo que forma parte de un grupo de monitoreo de población en contexto de movilidad, señaló que el proceder del INM coloca a los migrantes en situaciones de riesgo como ser víctimas de trata, pues al regresarlos al sur, de nueva cuenta tienen que buscar rutas para avanzar a la frontera norte.

Expuso que en Villahermosa y Tenosique hay un incremento de migrantes y los espacios de acogida están saturados.

Elizabeth, nombre ficticio para resguardar su identidad, compartió en entrevista que tras más de un mes de estar en la Ciudad de México esperando obtener la cita para solicitar refugio en Estados Unidos, decidió viajar junto con su esposo y su hijo menor de edad a Monterrey, Nuevo León, por autobús. Llegó a su destino pero media hora después los detuvo Migración.

Indicó que los agentes los llevaron a Piedras Negras, Coahuila, donde duramos seis horas detenidos en una como estancia migratoria. Nos quitaron los teléfonos celulares, las cuerdas de los tenis y la plata. Después los trasladaron a Villahermosa.

Nos agarraron el martes a las 9:40 de la mañana y nos soltaron el viernes a las 7 de la mañana. Estuvimos tres días en bus, nos daban de comer pan con agua, una manzana y un chocolatico; había baño, pero estaba horrible porque éramos 54 personas, entre ellas como 12 niños, sostuvo.

Ya en Villahermosa, mencionó que los agentes sueltan a las personas que van solas y a las familias las llevan a otro lugar donde hay policía y [personal de] Migración, pero después también se les permite irse.

La mujer consideró que el trato que recibieron fue inhumano, iban niños con vómito. Indicó que este tipo de procesos es jugar con nuestra necesidad.

Nelson, también Venezolano, contó que hace un mes viajó de la Ciudad de México a Matamoros, Tamaulipas, en tren para entregarse a las autoridades migratorias de Estados Unidos, pero nos deportaron (sic) para Villahermosa. Ahí, nos bajaron del bus y ya uno tiene que regresarse o ver qué hace.

Mencionó que esta medida les complica su estancia en el país, pues tienen que ver cómo volver a viajar a los estados del norte.