Lisboa. El primer ministro portugués, el socialista Antonio Costa, salpicado por un escándalo sobre negocios con litio e hidrógeno, presentó ayer su dimisión al presidente de la república, Marcelo Rebelo de Sousa, quien la aceptó.

Costa anunció su renuncia después de que la fiscalía inculpó a uno de sus ministros y a su jefe de gabinete, como parte de una investigación por supuestas irregularidades en la gestión de proyectos energéticos.

El político estaba en el cargo desde 2015: sin embargo, su popularidad se vio socavada por una serie de escándalos.

Las funciones de primer ministro no son compatibles con cualquier sospecha relativa a mi integridad. En estas circunstancias, he presentado mi dimisión al presidente de la república (Marcelo Rebelo de Sousa) declaró Costa ante la prensa.

La oficina del presidente De Sousa no dio mayor información después que éste aceptó la renuncia y convocó para este miércoles a una reunión de los partidos con representación parlamentaria con la finalidad de organizar elecciones anticipadas.

La investigación que involucra a Costa, uno de los pocos socialistas al frente de un gobierno en Europa, está relacionada con sospechas de malversación, corrupción activa y pasiva de funcionarios y tráfico de influencias en la asignación de concesiones para minas de litio y para producción de hidrógeno.

La fiscalía portuguesa allanó ayer varios ministerios y la residencia del primer ministro y dio a conocer que se imputó al ministro de Infraestructuras, Joao Galamba. Indicó asimismo que el nombre y la autoridad del primer ministro fueron mencionados por los sospechosos.

Precisó que Costa habría intervenido para desbloquear expedientes y que las acusaciones en su contra serán examinadas en una investigación independiente. Costa se dijo sorprendido por la apertura de esa investigación.

La justicia informó que debido al riesgo de fuga y de que persista la actividad delictiva, decretaron la detención del jefe de gabinete del primer ministro, del alcalde de Sines y de dos directivos de Start Campus, un centro de procesamiento de datos.

El presidente del consejo directivo de la Agencia Portuguesa para la Protección del Medioambiente (APA) también está siendo investigado. La APA anunció en septiembre su visto bueno condicionado a un segundo proyecto minero para la explotación de litio en Portugal.

Este país tiene las mayores reservas de litio de Europa y es además el mayor productor del continente, pero destina este metal a las industrias de la cerámica y el vidrio. El litio puede ser utilizado para la fabricación de baterías eléctricas y es considerado clave en la transición energética.