arde indicativa la que se vivió ayer en el estadio Ciudad de los Deportes, donde una asistencia tan menor a la esperada hizo que la virtual candidata presidencial (VCP), Claudia Sheinbaum, se abstuviera de poner pie en el lugar. Mario Delgado, dirigente de Morena, dijo que hubo mala organización y aseguró que el 12 de noviembre habrá un gran acto ahí mismo, casi de desagravio.

Otro domingo, el 12 de marzo de 2012, Josefina Vázquez Mota había terminado hablando en el Estadio Azul ante una asistencia que se iba retirando hasta dejar a la candidata presidencial panista frente a un público reducido. Fue consecuencia de desavenencias entre Felipe Calderón y Vázquez Mota y de la nefasta convocatoria de la postulada a gobernar la capital del país, Isabel Miranda de Wallace.

En 2021 el morenismo perdió en la Ciudad de México más de la mitad de las alcaldías. La responsabilidad política de esos resultados es de Claudia Sheinbaum, como jefa de Gobierno que fue, y, en la realidad operativa, como decisora central a la hora de las principales candidaturas.

No está de más recordar, en momentos en que está por definirse la postulación guinda a la jefatura del Gobierno capitalino, el riesgo que implica la pérdida de la brújula ideológica, la recolección de pedacería de partidos opositores, el ensimismamiento que ignora la crítica y la autocrítica y la confianza facciosa en equipos y estrategias demostradamente fallidas.

En otro tema: el lunes por la noche, Yeid-ckol Polevnsky publicó en su cuenta de X: “Desde su liderazgo en #ElCaminoDeMéxico @m_ebrard, figura clave en la política mexicana, se prepara para un anuncio importante el 3 de noviembre. ¡Mantente atento a las novedades!” La ex presidenta sustituta del comité nacional de Morena ha estado apoyando al ex secretario de Relaciones Exteriores y es de suponerse que algo en firme sabrá, para aventurarse a lanzar tal mensaje.

A Ebrard se le ha ido agotando el inventario de atractivos mediáticos debido, entre otras causas, a la indefinición política a la que se ha atado al presentar una queja contra el proceso morenista que devino en la virtual candidatura presidencial de Claudia Sheinbaum. Pudo haber renunciado sin dilación al partido guinda y a impugnar el resultado favorable a la científica, y desde esa autonomía comenzar a construir un verdadero camino propio, pero prefirió sujetarse a la legalidad interna de Morena, con la intención de responsabilizar al partido en el poder de una probable deserción.

Sujeto por voluntad propia a ese proceso a cargo de la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia, Ebrard debe esperar el desahogo de las fases correspondientes. Siendo el proceso de carácter ordinario, y no electoral, como estableció el tribunal electoral federal, debe llevarse más semanas para llegar a su final.

Ebrard está por ser citado a una audiencia ante la citada comisión, conforme a lo establecido en la legalidad del caso. Así que el 3 de noviembre, cuando dé a conocer un anuncio importante, aún no habrá ninguna resolución sobre su queja.

En lo inmediato, Marcelo tiene una puerta abierta en Movimiento Ciudadano (MC), donde se le considera una probable opción externa, a competir por la candidatura naranja con Samuel García, desde ahora abollado por el incumplimiento de su promesa de quedarse como gobernador de Nuevo León durante el sexenio completo.

El dirigente de Morena, Mario Delgado, a su vez, se dice confiado de que Ebrard seguirá en Morena y que MC se quedará con las ganas de ficharlo. En el Frente Amplio por México se han diluido las expectativas de captarlo, a pesar del bajo rendimiento electoral de Xóchitl Gálvez, cada vez más convencida la élite empresarial y tripartidista de que MC, Dante Delgado y Samuel García juegan un juego divisorio diseñado en Palacio Nacional, al que podría sumarse como carta convenida el rebelde Ebrard, nunca maltratado, hasta ahora, en la indicativa mañanera. ¡Hasta mañana!

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