Número 192 Suplemento Informativo de La Jornada Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver
Sembradoras
Carolina Xix Caamal con su siembra de piña. Isabel Lara
Ramones. Isabel Jara

Quintana Roo

A cinco años de un cambio

Isabel del Carmen Lara Domínguez

Cuando hablamos de las parcelas del Programa Sembrando Vida, en ocasiones, no dimensionamos el impacto que ha implicado para muchos(as) de los(as) sujetos de derecho adscritos al padrón de beneficiarios, asumimos, que el camino ha sido sencillo y que en ocasiones el subsidio ha sido suficiente para cubrir sus requerimientos, sin embargo, la realidad es que para un número significativo de beneficiarios, Sembrado Vida llegó a sus comunidades y ejidos a cambiar su vida, su día a día, en donde este cambio implicó retomar el trabajo en las parcelas, que por años no habían podido realizar por la falta de recursos económicos; en la mayoría de los casos, este también ha sido un reto, en el cual, el hacer producir el campo y aprender conocimientos nuevos o ya olvidados ha sido un referente permanente del programa.

Tal es el caso de la señora Carolina Xix Caamal, quien es oriunda del estado de Quintana Roo, es una sembradora del ejido Juan Sarabia, que con el apoyo de su esposo, decidió registrarse en el programa Sembrando Vida. En su caso, su familia le heredó su parcela, pero por la falta de recursos económicos, había sido imposible para ella y su esposo, trabajarla como se debiera.

Cuando inició el programa, la parcela se encontraba completamente abandonada, por lo cual, el acceso a la misma, desde el registro de puntos geo referenciados hasta la verificación de la unidad, fue muy complicado por las condiciones en las que se encontraba.

Su parcela se ubica a unos 5 km del poblado del Xulha.

Los primeros tres años del programa, los productores y vecinos de las parcelas aledañas veían diariamente a la familia yendo en bicicleta o a pie, de Xulha a su parcela, todos los días, en la mañana y en la tarde, llevando consigo sus herramientas, insumos y plantas para sembrar. Pese al reto que eso implicó, su carisma y compromiso por trabajar su parcela nunca decayó, al contrario, permaneció y se fortaleció.

Junto con dos vecinos, don Francisco y don Gabino, quienes también son sembradores, se organizaron para poner una toma de agua y contar los tres con agua en sus parcelas, ya que la sequía les afectaba significativamente.

Afortunadamente en el año 2022, después de esperar los tres años establecidos por el programa, pudieron recibir su ahorro, con este recurso y otro tanto que habían ahorrado de manera voluntaria, decidieron invertir en la compra de una moto para facilitar su traslado de la parcela a su vivienda, posteriormente, continuando con la cultura del ahorro, pudieron hacer un tinglado en su parcela, en el cual descansan y en ocasiones, conviven en familia, después de un largo día en el campo.

Doña Carolina fue de las primeras productoras de su CAC que alcanzaron su meta de siembra, destacándose junto con su esposo por siempre llevar un registro minucioso de las plantas sembradas por especie y fecha, también han llevado registros de los cultivos producidos en su parcela, algo que se destaca, es que gustosamente, están retomando un estilo de vida que por años no habían podido tener.

Ella y su esposo, descienden de campesinos, gente que ama la tierra y todo lo que ella produce, pero las dificultades económicas les obstaculizaron continuar con la herencia de sus padres, trabajar el campo… pero con la llegada del Programa sembrando Vida a su comunidad, pudieron cumplir un sueño que por años habían estado postergando.

Adicionalmente, ella y su esposo, apoyados de sus hijos y demás familiares, han sembrado frijol, cilantro, maíz, papaya, nopales, maracuyá y muchos otros cultivos en su parcela, los cuales han sido principalmente para consumo personal y para compartir con su familia, siendo los excedentes para vender en el poblado. Actualmente, con la reciente producción de achiote en su parcela, sus familiares y ella están aprendiendo a hacer el recado rojo a base de achiote.

Otro punto destacable, es que, de su meta de 2,500 plantas en la unidad de producción, tiene un avance del 124%, al contar con 3,108 plantas en su parcela.

Platicando con ella, en un futuro, esperan poder comprar una camioneta, para continuar trabajando en su parcela y facilitándoseles el traslado de la misma a su vivienda, también esperan hacer una cabaña, ya que ella y su familia acostumbran a ir regularmente a su parcela a trabajar y convivir.

Ella menciona, aún sorprendida, que, sin el programa y el gran apoyo de su esposo, no hubieran logrado todo lo que hoy tienen en su parcela, cuyo cambio al día de hoy, sigue siendo uno de los más marcados entre los beneficiarios del programa.

Doña Carolina, perteneciente a la CAC Grupo Xulha, junto a su esposo, ha sido de las productoras más destacadas en la comunidad, demostrándonos en repetidas ocasiones que la persistencia y compromiso son cualidades significativas y determinantes al momento de adquirir una responsabilidad.

Así como está, en todas las zonas de impacto del programa se pueden encontrar casos de éxito, en los cuales, sus sujetos de derecho han sabido aprovechar los beneficios que les ha permitido tener el programa, aunque es evidente que no todos son casos positivos, cuando uno se detiene a ver y conocer la historia y los retos que hay detrás de cada uno(a) de los(as) productores (as), es cuando dimensiona lo que ha impactado este programa para los hogares beneficiados, ya que el recurso económico no es únicamente para él o la beneficiario (a), sino para toda una familia. •

Siembra de frijol. Isabel Jara