En 25 años se ha consolidado como el encuentro de piano más importante del país // Será del 2 de septiembre al primero de octubre
Sábado 26 de agosto de 2023, p. 3
Aunque en 25 años se ha consolidado como el homenaje al piano más importante en México, la edición 26 del Festival En Blanco y Negro hará aún más hincapié en ese tributo, al tener como principal característica la programación de música de cuatro siglos, que equivalen a la historia y el desarrollo de ese instrumento hasta nuestros días.
Organizado por el Centro Nacional de las Artes (Cenart), el encuentro será del sábado 2 de septiembre al domingo primero de octubre, con nueve recitales, uno menos que en años anteriores, debido a que se atraviesa la conmemoración de la Independencia nacional, el 16 de septiembre.
Participarán nueve intérpretes de seis países: la estadunidense Claire Huangci, la argentina Karin Lechner, el español Josu De Solaun, el británico Leon McCawley y la croata Martina Filjak, además de los mexicanos Leticia Gómez-Tagle, Bárbara Prado, Mauricio Náder y Alejandro Corona.
Todos, además de sus presentaciones artísticas, participarán como en años anteriores en la vertiente académica del festival, con clases magistrales y/o charlas, ambas abiertas al público, si bien para las primeras se requiere registro previo.
Este año es un homenaje especial al piano, pero las 26 ediciones también lo han sido de una u otra manera. A lo largo de los años, la línea programática de cada festival ha ido cambiando, se suele decidir de manera colegiada, y un poco de manera automática se generan interesantes líneas de programa
, señaló Juan Arturo Brennan, coordinador del encuentro.
Esta idea de los cuatro siglos de música se inicia con Johann Sebastian Bach y termina en nuestros días, con un estreno mundial a cargo del español Josu De Solaun de una obra escrita para él. Así que está cumplido del siglo XVIII hasta el XXI.
En conferencia de prensa, el crítico musical, colaborador de La Jornada, detalló que en la sección antigua del repertorio se incluyen obras de Bach, Händel y Haydn, y que de allí en adelante se cuenta con dos líneas importantes. Una es la genealogía alemana del piano, representada en este caso por Beethoven, Brahms y Schumann. La otra escuela relevante es la francesa, con Debussy y Ravel, pasando por el pianismo híperromántico
representado por Chopin y Rachmaninov, de quien este 2023 se cumplió su 150 aniversario natal, señaló Brennan, quien destacó asimismo otras dos presencias significativas en la programación: la música mexicana y la de autores poco o nada conocidos.
De la primera, mencionó a Mario Lavista, Federico Ibarra y Mario Ruiz Armengol, un autor que ha estado ausente, en general, de las programaciones de música de concierto, porque los finolis de nariz restirada dicen que es música populachera, cuando es de calidad enorme y hace falta que se difunda
. En esta vertiente también resaltó la versión para piano hecha e interpretada por Leticia Gómez-Tagle del Danzón 2, de Arturo Márquez, así como que Mauricio Náder y Alejandro Corona tocarán piezas de su autoría.
Cuando se propuso y decidimos colegiadamente la idea de cuatro siglos de música resulta que cronológicamente todas las primeras obras del festival fueron concebidas para clavecín. Hasta la fecha, existe una discusión de si es válido tocar en piano las obras que Bach y Händel escribieron para aquel instrumento
, señaló el especialista.
Es una discusión un poco inútil; muchos pianistas han dicho que tocar a Bach o Scarlatti en el piano no sólo no tiene problema, sino que enriquece muchísimo nuestra visión de esa música. Ahí lo que interviene, y es fascinante, es lo que hace cada pianista; ojo, no para intentar imitar un clavecín, sería un error, sino para intentar acompañar el fraseo, la resonancia, la articulación propia del clavecín en una técnica y un instrumento distintos.
Otro aspecto de interés resaltado por Brennan es que mucha de la música del festival no fue escrita ni para clavecín ni para piano, sino para “ese maravilloso híbrido de sonoridad que es el fortepiano, híbrido que está a la mitad antes de que surgiera el pianoforte, hacia la madurez de la carrera de Beethoven.
Esa genealogía nos brinda, además, la oportunidad de escuchar, en el instrumento moderno, música que fue concebida para otros dos instrumentos: uno bastante distinto y el otro parecido al pianoforte. Es algo que al aficionado al piano le va a llamar mucho la atención.
Los conciertos del 26 Festival En Blanco y Negro serán los sábados a las 19 horas y los domingos a las 13:30 horas en el auditorio Blas Galindo del Cenart (calzada de Tlalpan y Río Churubusco, colonia Country Club).