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El mando ucranio cambió de táctica

Tras 2 meses de combates Kiev logra el repliegue ruso en la región de Zaporiyia

Derriban drones que tenían como objetivos oficinas de gobierno y militares en Moscú

Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 23 de agosto de 2023, p. 26

Moscú. Tras dos meses de intensos combates, el ejército ucranio logró romper la línea de fortificaciones rusas y entrar en la localidad de Rabotino, en la región de Zaporiyia, informó ayer Hanna Maliar, viceministra de Defensa de Ucrania, días después de que los blogueros que apoyan la invasión, con cierta preocupación, empezaron a reportar en redes sociales el repliegue de los militares de Rusia en esa zona que se considera clave.

Esta pequeña aldea, que ocupa 3 kilómetros cuadrados y antes de la guerra tenía apenas 500 habitantes, estaba en manos del ejército ruso desde marzo de 2022 y reviste gran importancia estratégica al ser la llave para posicionarse más o menos en medio de la carretera que va de Orejovo a Tokmak, donde a 20 kilómetros de distancia de Rabotino las tropas rusas tienen un importante centro logístico y de comunicaciones.

Al sur de Tokmak están Melitopol y, un poco más allá, el mar de Azov, que podrían ser dos de los objetivos principales de la ofensiva ucrania, mientras en otros sectores del frente buscan avanzar hacia recuperar Bakhmut –en ruinas– por una cuestión más de honor, y hacia el puerto de Mariupol, ambos en la región de Donietsk.

De las noticias de los meses recientes se infiere que, a comienzos de junio, la brigada motorizada 47 de Ucrania recibió la orden de avanzar hacia Rabotino, pero no pudo sortear los campos de minas y la artillería rusa obligó a suspender lo que se concibió como ataques frontales.

Todo indica que el mando ucranio cambió de táctica y ordenó no lanzar más columnas de tanques y vehículos blindados, eludiendo Rabotino desde el este y el oeste, y al llegar a situarse entre esa localidad y Verbove puso a las tropas rusas, semirrodeadas, en una situación difícil, que las obligó a retirarse desde sus posiciones.

Los expertos dicen que la entrada en Rabotino es un paso significativo, pero queda mucho camino por recorrer para cumplir la meta y sin contar con los prometidos aviones F-16 estadunidenses, capaces de destruir la artillería rusa a una distancia que ésta no puede alcanzarlos, es poco probable.

Al respecto, el titular de la Defensa de Ucrania, Oleksii Reznikov, declaró ayer que Kiev podrá contar con esos cazabombarderos no antes de seis o siete meses, cuando termina la preparación de varios cientos de pilotos. Hasta el momento, y en partidas escalonadas, Dinamarca y Países Bajos han ofrecido cerca de 60 aparatos y, para romper la superioridad rusa en el aire, se requieren al menos 150 a emplear en un solo sector del frente, a juicio de quienes saben de esto.

En tanto, por quinto día consecutivo la defensa antiaérea rusa logró derribar los drones que tenían como objetivo edificios gubernamentales y militares en Moscú. Dos aparatos no tripulados cayeron ayer, de acuerdo con un comunicado del ministerio ruso de Defensa, en el territorio de la región de Moscú y otros dos, en Briansk.

La agencia TASS resultó más precisa: los fragmentos de los drones derribados cayeron en Krasnogorsk, ciudad satélite de Moscú, en el patio de un edificio de viviendas de 25 pisos, destrozando cristales de las ventanas y dañando varios automóviles estacionados, sin causar víctimas.

Imágenes de satélite que se difundieron ayer parecen confirmar que el sábado anterior, en un ataque con un dron en el aeródromo de Novgorod, Rusia perdió uno de sus bombarderos estratégicos TU-22M3, el vocero del ejército ruso, Igor Konashenkov, sólo reconoció que ese día se produjo un incendio en ese aeródromo, sin precisar la causa.

Konashenkov anunció que un cazabombardero ruso hundió una lancha militar rápida Willard Sea Force, de fabricación estadunidense, con una unidad de desembarco ucrania, cerca de la isla Zmeiny, lo que horas más tarde desmintió un representante de su Armada por teléfono a la cadena de televisión satelital CNN.

Y a todo esto, circula un rumor que se da por hecho. Los periodistas Aleksei Venediktov, primero, y Ksenia Sobchak, poco más tarde, dieron a conocer que el presidente Vladimir Putin, mediante un decreto secreto, destituyó el 18 de agosto al general Serguei Surovikin de sus cargos de comandante en jefe de las fuerzas aéreas y espaciales de Rusia, que ocupaba desde 2017, y de vicecomandante en jefe de la operación militar especial, la cual también encabezó de ocubre de 2022 a enero de 2023.

Desde el 24 de junio no se ha visto en público a Surovikin, quien según se comenta estaba siendo interrogado en la cárcel de Lefortovo por el FSB (Servicio Federal de Seguridad) por su presunto apoyo a la fallida rebelión del magnate Yevgueni Prigozhin, quien por cierto el lunes apareció en un video en redes sociales diciendo que ya está en África liberando a su población, como nos encargaron, de los terroristas del Estado Islámico y otros mentecatos.

Indultado de alguna manera Prigozhin, no se sabe si Surovikin, en este momento de vacaciones según las fuentes del portal de noticias RBK, quedará a disposición del ministerio de Defensa o pasará a retiro.