Opinión
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Ciudad perdida

El cártel de los intérpretes de la ley

L

a investigación de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de Mexico que dio a conocer la reportera Elba Mónica Bravo, para decirlo con todas sus letras: es un horror.

Para nadie es desconocido que los jueces hacen, desde sus interpretaciones de la ley, que no de la ley a secas, lo que les pega en gana, pero ahora nos enteramos de que las mujeres y los hombres de la ley formaron su propio cártel, y no para robar, como acostumbran, sino para despojar a los más débiles, a los más necesitados: los ancianos.

Y en esa asociación delictuosa también participan los notarios, banda –sin generalizar– bien adiestrada para convertir cada propiedad en un botín.

Será muy interesante saber quiénes son esos profesionales que convierten los metros cuadrados en millones de pesos y que ahora buscan incrementar sus fortunas despojando de su propiedad a ancianos.

La cadena criminal está hecha con los más fuertes –¿alguien conoce a un notario pobre?–, los que cuidan y protegen la ley.

Nadie esperaba que la fiscal Godoy se atreviera, pero desde hace un buen rato inició las pesquisas por las que ahora puede asegurar que sí, que existe esa banda que tiene que ser extirpada desde ya.

Hay nombres, tanto de jueces como de notarios, nombres que se tienen a buen recaudo para no dar elementos que sirvan de pretexto para que no se proceda en su contra.

El actual jefe de Gobierno, Martí Batres, que poco o casi nada sabe del asunto, ha hecho declaraciones que ponen en duda que la fiscalía haya desarrollado una investigación profunda sobre el asunto, y dice que en caso de que se encuentren irregularidades se procederá legalmente, pero lo que parece ignorar el funcionario es que las investigaciones están más que avanzadas.

Es más que un hecho que en los despojos perpetrados existen documentos apócrifos de todos los tipos, desde las escrituras, para que nadie se confunda. Y para que esos documentos existan y se den por buenos, tiene que haber una red que los valide, o peor, que los falsifique para que se ejecuten las medidas que den cauce al despojo.

Este caso puede ser, por sus dimensiones y los componentes del ilícito, aún mayor que el del cártel inmobiliario, porque además están involucrados algunos funcionarios de las alcaldías donde se actuó en contra de los viejos.

Los documentos, como decíamos, obran en poder de la fiscalía. Las investigaciones tienen nombre y apellido y seguramente vamos a recibir sorpresas, y es posible que este caso no sea más que el desdoblamiento de lo que ya sabemos del cártel inmobiliario.

El caso apenas empieza, pero tiene nerviosos a muchos. Hay documentos, testigos, víctimas que dan fe de los ilícitos cometidos. Por lo pronto, la inteligencia de la fiscalía ha identificado a algunos posibles infractores, pero se trata, ahora, de saber desde cuándo y qué tanto han hecho, porque el asunto no parece nada nuevo, sino por el contrario, se supone que hay mucha tela de dónde cortar.

Muy pronto habrá noticias sobre el asunto. No obstante, lo que tendría que hacerse es cortarle las uñas a los notarios a partir de leyes efectivas que impidan el abuso. Nada más.

De pasadita

Ahora resulta que en el frente opositor y sus focas aplaudidoras la candidata será la que más se parezca a Fox, es decir, se trata de ir en contra del país más allá de los odios en contra de Lopez Obrador, por eso los panistas tratan, de todas formas, de descarrilar a Beatriz Paredes, que en algunas encuestas ya alcanzó a la señora X. Aguas, la van a atacar con todo.