Los viejos
urante los próximos 25 años se duplicará la población de la tercera edad en México, para superar 33 millones de personas. El envejecimiento es un proceso sin retorno, no hay manera de detenerlo y nuestro país padecerá sus consecuencias.
De acuerdo con el Consejo Nacional de Población (Conapo) somos más de 130 millones de mexicanos y en 2050 llegaremos a 148 millones. A partir de los años 50 de este siglo la población comenzará a disminuir, tanto por el envejecimiento natural, como por la reducción de la fecundidad.
Mientras en 2022 la población mayor de 60 años representaba 12 por ciento de todos los mexicanos, para 2050 llegará a 22.5 del total. En contraparte, la población de niños y jóvenes, pasará de 50.1 por ciento de la población a 37.5 del total en el mismo periodo y de esas generaciones dependerá que el creciente número de viejos vivan bien.
Desde la perspectiva económica y de negocios esta tendencia se reflejará en la falta de trabajadores jóvenes en muchas ramas de la producción, sobre todo en el sector servicios, ya que en la producción de bienes el trabajo humano se sustituye por máquinas y robots. Pero en el caso de servicios en hospitales, hoteles, turismo, restaurantes o en el desarrollo de tecnología la demanda de trabajadores será mayor.
Por el aumento de la necesidad de mano de obra especializada y de personas de la tercera edad, los salarios mejorarán sustancialmente, pero se necesita crear la infraestructura para la atención de estas personas.
Un elemento a destacar es el cambio en la vida de los mexicanos. Un número creciente de viejos viven solos, mientras en el pasado era común vivir juntos tres o cuatro generaciones. El desarrollo urbano, la independencia económica de las mujeres, los cambios culturales y la vivienda adaptada a familias de cuatro miembros acaban con esa tradición familiar.
Ahora, se necesita el desarrollo de casas de retiro, atención geriátrica, laboratorios especializados, infraestructura urbana amigable para discapacitados y hospitales para adultos mayores. El ejemplo es el de países desarrollados como Canadá, Estados Unidos y España, en donde cada vez hay más personas de la tercera edad que requieren servicios especiales.
La vejez de la población en México está a la vuelta de la esquina y no estamos preparados.