Problemática actual
Las plataformas digitales han traído grandes oportunidades de conexión, educación, creación de contenido, creatividad, socialización y, por supuesto, entretenimiento a nuestras familias. Sin embargo, a partir de la pandemia creció de forma importante la presencia de niñas y niños no acompañados en internet.
En México, se calcula que cada año son enganchados 21,000 niños y niñas con fines de explotación sexual infantil. Actualmente, muchos de estos casos tienen lugar en medios digitales, a través de relaciones de supuesta amistad o noviazgo, ofertas laborales y extorsión.
Las redes sociales, servicios de mensajería y videojuegos se han convertido en el nuevo punto de encuentro de niñas, niños y adolescentes. Actualmente, 1 de cada 3 internautas son menores de edad.
Cuando los niños navegan en dispositivos sin filtros, configuraciones de seguridad o acompañamiento parental, se encuentran en una situación de particular vulnerabilidad ante depredadores que fácilmente esconden su identidad y sus intenciones detrás de un perfil falso o de una conversación en línea. Los chats privados en plataformas digitales han sido utilizados en México para solicitar y enviar imágenes íntimas, robar datos y enganchar para la trata sexual.
La modalidad más frecuente de enganche en plataformas digitales es el “grooming”, que consiste en establecer una relación con un menor de edad, con la finalidad de ganarse su confianza para luego explotarlo o abusarlo sexualmente. Establecer esta relación en línea puede tomar desde 5 minutos hasta varias semanas o meses. Los depredadores toman tiempo para conocer los gustos, intereses, inseguridades y vulnerabilidades de sus víctimas. Este proceso se facilita cuando los niños tienen perfiles públicos o aceptan a personas desconocidas.
Algunas características de grooming incluyen establecer un vínculo de confianza (“nos gusta la misma música”), satisfacer necesidades emocionales (“te compré el collar que querías”), aislar al niño de su red de apoyo (“tus papás no te entienden”), sexualizar la relación (“¿alguna vez te has tomado una foto sin ropa?”) y manipular o controlar (“si no me mandas otra foto, voy a lastimar a tu familia”).
Actualmente, el envío de material íntimo autoproducido por niñas y niños de 8 a 12 años de edad (“packs”, “nudes” o “dick pics”) es uno de los riesgos crecientes que más preocupa a las autoridades mexicanas.
La explotación en línea hace uso de la amenaza, el chantaje, la manipulación y la extorsión para mantener el control sobre sus víctimas. Por eso, aunque los niños se encuentren en espacios cerrados o confiables, como su casa o su cuarto, pueden ser víctimas de explotación si se encuentran en un entorno digital sin seguridad.
Prevención desde casa
Aunque el panorama resulta sombrío, hay mucho que podemos hacer para prevenir la explotación sexual infantil desde casa.
En primer lugar, debemos reconocer que como cuidadores (padres, madres, docentes y médicos, entre otros) es nuestra responsabilidad informarnos sobre los riesgos digitales que actualmente enfrentamos todos, pero, especialmente, las niñas y los niños.
Frecuentemente, la brecha digital entre cuidadores y sus hijos ha creado tensión, conflicto y falta de comunicación en torno al uso de dispositivos electrónicos. Sin embargo, es importante recordar que la seguridad digital es responsabilidad de los cuidadores y no de los niños y niñas. Los cuidadores somos quienes debemos continuar aprendiendo, buscando información e incluso pedir ayuda para entender el mundo en el que viven nuestros hijos.
En segundo lugar, es importante subrayar la necesidad de tener conversaciones constantes en familia sobre estos temas. Cuando hablamos, protegemos y preparamos a nuestros hijos ante una situación de riesgo.
Antes de dar un dispositivo electrónico a un niño o niña, debe de haber una conversación sobre riesgos digitales, hábitos saludables, focos rojos y cómo pedir ayuda. Construir una relación de confianza nos permite acompañar a nuestros hijos de forma continua.
En tercer lugar, resulta indispensable entender la necesidad de crear contextos digitales seguros para los niños y las niñas que tenemos a nuestro cargo. Existen muchas herramientas a nuestra disposición para asegurar que nuestros hijos naveguen en un entorno seguro en línea y reducir los riesgos a los que están expuestos.
Lo más importante en este sentido es crear una cuenta de niños para cada menor de edad que se encuentra en contacto con un dispositivo electrónico. Con esta cuenta, se puede configurar el dispositivo para establecer la edad del niño, permisos de compra y descarga, filtros de contenido, tiempos de uso y chats en línea.
En dónde pedir ayuda
Finalmente, si nuestros hijos son víctimas de algún delito en línea, debemos saber que podemos pedir ayuda y denunciar. Es necesario mantener la calma y recordar que nuestro hijo ha sido víctima y necesita nuestro apoyo, tomar capturas de pantalla de todas las conversaciones, perfiles y hechos relacionados con el delito, y denunciar ante la plataforma correspondiente y autoridades.
La Línea Nacional Contra la Trata de Personas ofrece asesoría gratuita y anónima en el teléfono 800 5533 000 y la Guardia Nacional investiga denuncias sobre ciberdelitos en el teléfono 088.
Estar informados, tener conversaciones en familia y pedir ayuda es la mejor estrategia para proteger a nuestra familia contra la creciente explotación sexual en línea. •