Número 190 Suplemento Informativo de La Jornada Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver
Miscelánea
Preparación tradicional del Sendechjo. Señora María Felipa Lucio Jiménez. Daniela A. Ruiz

El elixir divino de los mazahuas

Daniela Arlette Ruiz Carrillo Rocío Albino Garduño Maestría en Gestión de la Innovación Rural Sustentable. Universidad Intercultural del Estado de México

El Sendechjo, una bebida elaborada a partir de maíz germinado, posee una extensa trayectoria arraigada en la cultura e identidad de la comunidad mazahua. Su consumo se remonta a tiempos prehispánicos, donde adquirió una connotación sagrada y se empleaba en ceremonias religiosas y rituales. El proceso de producción del Sendechjo, así como su consagrado disfrute, se han convertido en elementos fundamentales de la identidad cultural de las comunidades indígenas mazahuas ubicadas en el corazón de México, considerándola no solo como una bebida de propiedades medicinales y nutritivas, sino como un símbolo distintivo de su ancestral sabiduría.

La comunidad mazahua de San Felipe del Progreso es un ejemplo vivo de la riqueza cultural e histórica de los pueblos indígenas del Estado de México. Su identidad cultural y tradiciones han sobrevivido a través de los siglos, y son una parte importante del patrimonio cultural de México. Yo soy Daniela Arlette Ruiz Carrillo, mujer orgullosamente mazahua y afectuosa de las tradiciones de mi comunidad, a continuación, relato un cuento de mi hermosa comunidad que, a pesar de las adversidades, ha prevalecido con el pasar de los años.

Hace mucho tiempo, en San Felipe del Progreso, vivía una madre amorosa llamada Chala. Chala era una mujer valiente como lo dice su nombre (Chala: valiente en mazahua), entregada, cariñosa e inteligente; Chala estaba embarazada de su segundo hijo que al nacer llevaría por nombre Xujnú (águila en mazahua), pero desafortunadamente la salud de Chala empeoraba cada día, lo que la preocupaba muchísimo.

Ella no podía permitirse perder a su amado Xujnú, su desesperación la llevó a buscar cualquier remedio posible para mejorar su salud. Los curanderos de la comunidad intentaron ayudarla con diversas hierbas y rituales, pero nada parecía funcionar.

Un día, un anciano sabio llegó a su comunidad aparentemente por casualidad. El sabio escuchó la historia terrible de Chala. Él le habló de una bebida fermentada a base de maíz, que según él había ayudado a muchas mujeres embarazadas a recuperar su salud de manera casi mágica. La bebida se llamaba Sendechjo, y se rumoreaba entre los pobladores que tenía propiedades curativas que le ayudarían a salvar la vida de Xujnú.

Chala tenía muchas dudas y desconfianza, el Sendechjo no podía ser tan mágico como se decía, sin embargo, sus opciones eran limitadas debido a que cada vez su salud empeoraba más y más. Chala, en su desesperación, envió a su esposo Múbú (corazón en mazahua) a buscar esta bebida mágica a la comunidad del anciano. Su esposo Múbú demoró algunos días debido a la complejidad de la preparación de la bebida. Cuando Múbú regresó, Chala se veía muy enferma y recaída. Sin embargo, Múbú no regreso solo, él tenía en las manos un xalo (jarro) lleno de Sendechjo, Chala bebió un poco y así lo hacía día a día. Al principio, el sabor era extraño y diferente, pero pronto se acostumbró al sabor característico de la bebida, Chala comenzó a notar gran mejoría en su salud.

La bebida hecha a base de maíz le dio la fuerza que Chala necesitaba para recuperarse y continuar con su embarazo. Finalmente, Xujnú nació sano y fuerte, ella se sintió inmensamente agradecida con el anciano y en especial por la bebida que les ayudó a sobrevivir.

Desde entonces, Chala se convirtió en una defensora de la bebida Sendechjo, aprendió a elaborarla y la recomendaba a todas las mujeres embarazadas que conocía. Ella creía que la bebida tenía el poder de curar enfermedades y mantener a las madres y a sus bebés saludables.

Y así, gracias a la sabiduría de un anciano y la bebida de Sendechjo, Chala pudo recuperarse y tener un bebé saludable. La comunidad nunca olvidó su historia y siempre la recordaron como una madre amorosa y dedicada que nunca perdió la esperanza.

Molienda del maíz para el Sendechjo. Señora María Felipa Lucio Jiménez. Daniela A. Ruiz

Este relato sigue presente en mi comunidad, sin embargo, se encuentra en riesgo de desaparecer al igual que la bebida, debido al desinterés de las nuevas generaciones en conservar las tradiciones y cultura del pueblo mazahua.

(Cuento adaptado del conocimiento tradicional de la señora María Felipa Jiménez Lucio mujer mazahua perteneciente a la comunidad San Nicolas Guadalupe, San Felipe del Progreso, Estado de México) •