"La Jornada del Campo"
Número 189 Suplemento Informativo de La Jornada Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver
Patrimonio biocultural y territorios vivos
Vestimenta de los danzantes “de a pie” y “de a caballo”.  Juan Carlos Castañón SifuentesVestimenta de los danzantes “de a pie” y “de a caballo”. Juan Carlos Castañón Sifuentes

Tamaulipas

Aspectos bioculturales en la vestimenta del grupo de danza autóctona de Jaumave

Cid de León-Bujanos, B.G., Pérez-Tovar, F.E., y Reyes-Zepeda, F. Universidad Autónoma de Tamaulipas [email protected]

La danza, música, vestimenta de trajes típicos, gastronomía, festividades y celebraciones religiosas, son expresiones culturales que se presentan en cada uno de los 32 estados de la República Mexicana; lo cual representa un amplio patrimonio cultural, legado de nuestras comunidades. Tamaulipas es un estado ubicado al norte de México, que se caracteriza por la alta movilidad de personas provenientes de todo el país, permitiendole tener una diversidad cultural acumulada de grupos como huastecos, náhuatls, totonacos y zapotecos. Así mismo, es considerado como el estado con mayor biodiversidad en el norte de México, donde existen 14 tipos de ecosistemas que albergan a 1323 especies de plantas, 2182 especies de artropodos y 886 especies de vertebrados (CONABIO, 2008).

Uno de los municipios que mantiene el legado de sus antepasados haciendo uso de la biodiversidad y conservándolo para enriquecer las manifestaciones populares y artísticas actuales es Jaumave, ubicado en la parte central del estado y a una hora de cd. Victoria. Este municipio se caracteriza por ser parte de la Reserva de la Biosfera El Cielo, la cual fue la primera reserva estatal decretada a nivel nacional en 1985 (Sánchez-Ramos et al, 2005), razón por la cual los habitantes tuvieron que cambiar el tipo de recursos naturales usados en sus manifestaciones culturales, especialmente en las comunidades de Matías García, La Unión, Las Moritas, El Nopal, San Lorenzo, San Francisco (Las Pilas), El Sotol y Cinco de Mayo donde se realizan cuadros de danza autóctona denominados “de a pie” y “de a caballo”, que se consideran como una tradición intergeneracional y que relacionan la religiosidad, la cultura y biodiversidad.

La vestimenta para estas danzas, que realizan principalmente los hombres, es de telas muy coloridas y con algunos elementos naturales que se encuentran en la corona de su traje y en utensilios de mano.

Anteriormente las flores que adornaban la corona eran obtenidas de los ecosistemas tropicales aledaños a sus comunidades; sin embargo, con el decreto de la Reserva de la Biosfera El Cielo, las flores usadas en la actualidad son completamente artificiales. Los únicos elementos naturales de la indumentaria que siguen vigentes se encuentran en la estructura con la que hacen la corona que llevan en la cabeza, la cual es elaborada con varas delgadas de árboles de la región, como la vara dulce (Eysenhardtia polystachya), el palo blanco (Celtis laevigata), y el granjeno (Forestiera tomentosa), los cuales se distribuyen en ecosistemas de selva baja y que están fuera de la Reserva. Dentro de los adornos exóticos que se usaban en la corona estaban las plumas de pavo real, pero en los últimos años las han ido cambiado por plumas de gallina que crían en sus patios.

Otro elemento natural e importante en la danza es una sonaja que llevan en la mano derecha (Figura 1), el cual es un bule o guaje de calabaza (Lagenaria siceraria) que colectan de sus cultivos de traspatio y es decorado listones y cascabeles. Mientras que en la mano izquierda llevan una rama gruesa que puede ser de vara dulce, palo blanco o granjeno, la cual también adornan como la sonaja.

Finalmente, cabe señalar que los integrantes de estos cuadros de danza se han adaptado al acceso y uso que tenían de los recursos naturales para la confección de sus vestuarios posterior al decreto de la Reserva de la Biosfera El Cielo, por lo cual se han hecho acreedores a varios reconocimientos otorgados por distintos comités a nivel estatal en los años 2016 y 2017, quienes reconocen el importante papel que han desempeñado en la conservación de su biodiversidad y de la transmisión y preservación de su tradición y cultura a las diferentes generaciones. •