Número 189 Suplemento Informativo de La Jornada Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver
Patrimonio biocultural y territorios vivos

Durango

Bioculturalidad de los recursos florísticos

Jaime Sánchez Facultad de Ciencias Biológicas – UJEDEduardo Estrada Castillón Facultad de Ciencias Forestales – UJED Gisela Muro Pérez Facultad de Ciencias Biológicas – UJED Claudia T. Hornung Leoni Centro de Investigaciones Biológicas, Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo Raúl López García Universidad Autónoma de Chapingo-Unidad Regional Universitaria de Zonas Áridas Montserrat Ibarra Reyes Facultad de Ciencias Biológicas – UJED

La Diversidad Florística en Regiones Semiáridas

México es privilegiado por formar parte de los 12 países que tan solo en un 10% de su superficie terrestre albergan hasta un 70% de la diversidad presente a nivel mundial (Mittermeier et al., 2004). Esta relación está directamente interconectada con el número de endemismos que nuestro país posee, y que se distribuye de manera importante en las regiones semiáridas del norte de México. A lo largo de la región semiárida del noroeste se presenta una amplia diversidad de flora endémica con utilidad económica, medicinal o con algún tipo de aprovechamiento. La región semiárida de Durango está formada por 16 municipios donde se encuentran elementos florísticos con potencialidad biocultural.

Recursos con Potencial Biocultural en la Región Semiárida de Durango. Mezquite (Prosopis glandulosa). En la región se ha constatado que la especie tiene usos ancestrales no maderable los que deben rescatarse. Desde hace décadas la especie ha sido utilizada como alimento (vainas y harina de mezquite) por los pobladores de las comunidades indígenas. Esto permite ver que es importante promover la conservación de la especie y resaltar la bioculturalidad del aprovechamiento de la vaina dado que es fuente alimenticia ancestral que provee de nutrientes a través de la elaboración de harina de vaina para hacer tortillas, pan, pinole, bebidas, forraje empleando las ramas en época de sequía, la goma arábiga como golosina y néctar para la producción de miel de mezquite. Lechuguilla (Agave lechuguilla). No solo por la fibra sino también la elaboración de amole (champú-jabón) a partir de la raíz que se está perdiendo. El nombre de amole, proviene del náhuatl “Amolli” que significa jabón, elaborado de manera ancestral mediante el cocimiento de la raíz en agua hasta que deja de espumar para posteriormente colarla con un trapo y dejar enfriar a temperatura ambiente (Reyes-Agüero et al., 2000). El líquido colado se guarda en botellas a temperatura ambiente y bajo sombra para su conservarse hasta por cinco meses. Por contener saponinas funciona como sanitizante con propiedades medicinales dermatológicas, cancerígenas, antinflamatorias y antibacteriales (Mena-Valdés et al., 2015). Especies del género Yucca. Desde hace varios siglos algunas especies aún conservan el uso ancestral comestible por el alto contenido proteico, rico en nutrientes y calcio. Se hierven solamente las flores para suavizarlas y posteriormente guisarlas con tomate y cebolla o bien, integrarlas a cualquier platillo, salsa, en tamales, huevo o mole. Su uso medicinal post parto desde la época prehispánica por aliviar todo tipo de cólicos, utilizando la cocción de la flor principalmente para consumirse como infusión. De los padecimientos más comunes que mitigan son inflamaciones causadas por enfermedades degenerativas (artritis y reumatismo) así como como antiséptico por tener propiedades antibacterianas y antifúngicas. Para ambos usos, los racimos son cortados cuando la flor aún está tierna porque una vez que maduran, son amargas. Las especies de las cuales se obtiene la flor en la región semiárida de Durango son Y. bacatta, Y. torreyi, así como de Y. treculeana (Comunicación personal lugareños). Otra especie de interés es Agave parryi o maguey mezcalero, el cual se utiliza poco, pero entre las colindancias de los municipios de Inde e Hidalgo al noroeste de la región semiárida (Casas et al., 2017), utilizan las piñas para preparar de manera ancestral mezcal en horno cónico de piso para la cocción. Para la molienda, las piñas cocidas son maceradas con un mazo hecho de madera de mezquite a pulso. Para la destilación de manera ancestral se pone al fuego directo el alcohol en ollas de barro y como combustible se utiliza el bagazo y finalmente se almacena en barricas de madera. Actualmente se tienen registradas 68 especies nativas (Landeros-Cuevas, et al., 2018) utilizadas como medicinales que son comercializadas en los mercados principales de la región; José Ramón Valdez (municipio de Gómez Palacio, Dgo.), Donato Guerra (municipio de Lerdo, Dgo.) y Benito Juárez (municipio de Torreón, Coah.). No obstante, los usos actuales de estas especies no han sido corroborados como predecesores de los ancestrales por lo que se sigue indagando al respecto. Sin embargo, es claro que, en caso de resultar favorable, se contaría con un importante patrimonio biocultural de la medicina ancestral para la región semiárida de Durango. •