El creador es pionero en la transformación radical del arte cubano
Miércoles 3 de mayo de 2023, p. 5
La obra de José Bedia (La Habana, 1959), pionero en la transformación radical del arte cubano, se caracteriza por el estudio de las comunidades primigenias bajo una perspectiva etnográfica y antropológica dentro de su proceso creativo.
Por primera vez Bedia, con más de cuatro décadas de trayectoria, presenta en una exposición parte del acervo de objetos recolectados en sus encuentros con grupos indígenas, con la finalidad de establecer una conexión entre sus obras y sus vínculos con las culturas ancestrales. Dicho acervo etnográfico se intercala con su obra a lo largo de la exhibición para mostrar su faceta como antropólogo y coleccionista.
José Bedia, viaje circular, muestra retrospectiva de 102 obras, en su mayoría pintura y dibujo; dos instalaciones y 22 objetos etnográficos provenientes de diferentes continentes, se exhibe en el Museo de Arte Contemporáneo (Marco), en Monterrey. En ésta predominan sus creaciones a partir de 2000, aunque también se incluyen trabajos tempranos. El título refiere a un viaje introspectivo en términos de cultura e identidad.
En 1997 el artista exhibió por primera vez en el recinto. La exposición Crónicas americanas, enfocada en la influencia de las culturas ancestrales del continente americano, también se mostró en el Museo Tamayo.
Bedia pertenece a una generación de artistas cubanos que practicaban religiones afrocubanas o habían crecido en ese contexto, como Juan Francisco Elso, Ricardo Rodríguez Brey y Martha María Pérez Bravo.
Viaje circular se divide en 10 apartados y es la primera que reúne dibujos realizados entre 1978 y 1990, ocho de los más tempranos pertenecientes a la serie Crónicas americanas, no incluidos en la exposición de 1997. En esa época el artista recurría a libros de etnografía y antropología, ya que aún no tenía un contacto directo con las comunidades.
Un segundo núcleo comprende dibujos esquemáticos con un personaje surgido luego de la iniciación de Bedia en el Palo Monte Mayombé, en 1983. Para un tercer apartado se reúnen pinturas con influencia en las culturas ancestrales mexicanas –como los seris, yaquis, mayos, tarahumaras, coras y huicholes– que el artista estudia desde 1986, cuando visitó por primera vez el país y donde radicó varios años.
En una cuarta sección los formatos circulares y ovales de las obras desafían el tradicional formato cuadrado, a la vez que se refieren a la cosmovisión circular del universo. Un siguiente apartado concentra obras en las que el expositor explora la representación de recuerdos en tonos grises, con personajes, monumentos o episodios históricos.
Bedia viajó a Angola como parte de las Brigadas Culturales Internacionales que apoyaron la contienda de la guerra angoleña-cubana contra Namibia y Sudáfrica, experiencia que incentivó más sus preocupaciones por las raíces africanas de la cultura americana.
Las secciones restantes se enfocan en elementos como la simetría, la mujer, el acercamiento de Bedia al textil y una simbiosis entre la geometría, la figuración y la gestualidad, tres aspectos que raramente coinciden en una obra.
José Bedia, viaje circular permanecerá hasta julio próximo en el Museo de Arte Contemporáneo, en Monterrey, Nuevo León.