Los compromete y ayuda a trabajar las emociones, asegura mánager
Un niño que ama el beisbol evita muchos de los riesgos que existen en las calles
Para los pequeños este deporte es un acto colectivo que une a sus familias y comunidades
Miércoles 12 de abril de 2023, p. a10
Un niño que ama el beisbol, que se entrega a este juego introspectivo y colaborativo al mismo tiempo, es uno menos en las calles. Esta idea la repiten entrenadores, madres y padres de los menores que participan esta semana en la Copa de las Grandes Ligas (MLB Cup) en los campos de la Olmeca y la Maya en la Ciudad de México. No tienen más estadística que sus propias vivencias en las comunidades de donde provienen.
Experiencias y opiniones abundan en este torneo que dura una semana y convoca a ligas de 17 estados del país con niños de 11 y 12 años y niñas menores de 15.
Desde que mis hijos agarraron el gusto por el beisbol ya sólo viven de la escuela al entrenamiento
, comenta Luisa Ramírez, quien trajo a su hija desde León, Guanajuato, para competir en la categoría Sub- 15 en la liga municipal de su ciudad.
El mánager de la Liga Regiomontana, José Luis Vázquez, tiene su propia interpretación sobre las cualidades formativas de este deporte en las infancias. Recuerda que la ciudad y sus alrededores vivieron momentos muy complejos de seguridad pública hace más de una década.
El beisbol compromete a las niñas y niños, les otorga herramientas que sirven para convivir en sus comunidades y les da un sentido de responsabilidad con los demás
, asegura el entrenador, quien cree que los deportes, no sólo la pelota caliente, tienen el potencial de reparar el tejido social en comunidades que han sufrido momentos difíciles.
En algunas regiones el beisbol es lo más importante que tienen. Evita que estén expuestos a riesgos que hay en las calles
, afirma el entrenador; les digo que si no es esta disciplina que practiquen cualquier otro deporte, pero que no estén en las calles sin ocupación. Creo que esto ayuda a que sean buenos ciudadanos
.
Algo tienen los deportes, y en específico la manera como se transmite el beisbol, que se convierte en un acto colectivo. De comunidades que acompañan al equipo, de familias que alientan a los menores que lo practican y las gradas son un reflejo de ese fenómeno de convivencia.
Hay que pensar que están en desarrollo. Son menores aprendiendo incluso cómo manejar emociones
, explica el entrenador.
No sólo se trata de enseñarles la técnica del juego y sus estrategias. El entrenador además les da herramientas para manejar situaciones adversas. Con un equipo de coaches les ayudan a las niñas y niños a asimilar la derrota, la frustración, los enojos.
Cuando un niño pierde le da un miedo enorme que eso suceda todos los días en adelante
, comenta Vázquez; les puede dar mucha ansiedad, pero nosotros les ayudamos a convivir con esas emociones. El beisbol trabaja mucho con los errores y las derrotas, por eso les decimos que hay que tener una memoria muy corta cuando las cosas no salen como queremos. Los niños aprenden así a manejar la presión, a tener una responsabilidad en su posición y trabajar para el equipo
.
Los infantes aprenden a apoyarse cuando fallan, no sólo a celebrar los triunfos. Las chicas de la Ciudad de México, por ejemplo, recibieron los comentarios sobre las pifias que cometieron por el mal manejo de la presión ante sus rivales de Nuevo León. Enseguida, coaches y jugadoras se plegaron en circulo para demostrarse que entre todas saldrían adelante.
No puedes reprenderles, porque en cuanto les viene la inseguridad o el miedo, puedes perderlos, no sólo para el siguiente juego, eso es lo de menos, sino para el beisbol. Al final esas son herramientas que necesitamos todos para enfrentar la vida. Si no son jugadores de Grandes Ligas, al menos que sí sean ciudadanas y ciudadanos comprometidos con sus comunidades
, concluye el entrenador.