ndignada, la maestra Luvia Ramos Bielma enfrenta al profesor Julio Cueto, dirigente institucional de los maestros estatales de Chiapas: ¡Ya estuvo bueno que hagan lo que quieran, maestro Julio! ¡Ya no le funciona el cerebro! ¡Aparte de grosero, todavía quieren seguir mamando! ¡Qué barbaridad! ¡Qué vergüenza da! ¡Ya váyanse a descargar a su casa!
El coraje de la maestra Luvia, dirigente delegacional de la sección 40 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), con los charros alineados con Alfonso Cepeda, dista de ser excepción. El enojo de los trabajadores de la educación de base contra la cúpula sindical está ampliamente extendido en la entidad.
La 40 es una de las dos secciones en que se agrupa el magisterio chiapaneco. La forman 29 mil 200, entre activos (21 mil) y jubilados; mitad mujeres y mitad hombres. La otra, donde participan los docentes federales, es la 7.
El 14 de marzo, renovarán su gobierno gremial. Durante los últimos 40 años de vida sindical los comités seccionales han sido espurios. Ahora, compiten seis planillas, pero sólo dos posiciones: la del SNTE de Cepeda, a través de la Naranja, y la del movimiento democrático, en que participa la CNTE y otros grupos disidentes, en la Morado.
Es una contienda en absoluto desigual. El piso parejo
existe sólo en los discursos oficiales. Los institucionales controlan el padrón. Tienen más de 100 comisionados, liberados de dar clases frente a grupo. Cuentan con una chequera con más de 300 millones para dar préstamos. Disponen de una cartera de más de 11 millones de pesos mensuales de las cuotas. Disfrutan del parque vehicular de la sección y de vales de gasolina. Para comprar lealtades invitan comidas y todo tipo de bebidas.
Por si fuera poco, la estructura operativa de la Secretaría de Educación, con la maestra Rosa Aidé Domínguez Ochoa al frente, está al servicio de la planilla Naranja. Las autoridades les permiten suspender labores los días que solicite la sección, para efectuar las reuniones sindicales. Funcionarios, inspectores y directores amedrentan a los docentes para que voten por la planilla institucional. Les dicen que, si no lo hacen, se van a quedar sin derechos sindicales. Si no los apoyas, ya no podrán apoyarte a ti
, los chantajean.
La Morado, que postula como su dirigente estatal, al profesor de telesecundaria Mario Roldán Roblero López, no tiene ningún maestro con plaza liberada. Deben hacer campaña después de clases. Hacen sus asambleas y encuentros bajo los árboles de las plazas públicas porque no pueden reunirse en las zonas escolares para presentar su proyecto, pues los supervisores no lo permiten. Se mueven con las contribuciones voluntarias de sus compañeros.
Sin exagerar, los profes democráticos se juegan la vida en su lucha. En 2017, el SNTE suspendió el congreso en la 40 porque lo iba a perder. En su lugar, impuso –hasta hoy– una comisión ejecutiva que preside Ángel Paulino Canul Pacab. Con la movilización, los democráticos consiguieron que los charros convocaran nuevamente al relevo de dirigentes para el 9 de febrero de 2018. Sin embargo, tres días después de arrancar el acuerdo, los representantes de la CNTE vivieron un sospechoso accidente. Una madrugada que iban rumbo a Tapachula, con el camarada Félix Jo Cabañas al volante, fueron embestidos por un tractocamión. Falleció Félix y Mario quedó en coma. Él iba durmiendo. Despertó en un hospital. El peritaje arrojó que había sido culpa del tractor de carretera. Lo retuvieron y llevaron al corralón. Se levantaron las demandas en el Ministerio Público de Jiquipilas. Comenzó la pesquisa. A los cinco días, cuando los abogados llegaron a iniciar los trámites, ya no había averiguación. Borraron todo del portal, cambiaron al MP y el vehículo fue liberado.
Desde 2013, los institucionales han cometido todo tipo de tropelías. En la Caja de Ahorro existe un desfalco multimillonario; unos 479 millones de pesos desviados. Perpetraron una malversación de 52 millones a la Caja de Seguro de Vida, que se dio cuando estaba al frente el maestro Jorge Pérez Pérez. Ninguna demanda ha procedido. Los charros negocian su impunidad con los gobiernos en turno.
La planilla Morado así fue bautizada por ser el color de la equidad de género y la esperanza. El maestro Roldán, nacido en el municipio chiapaneco de Frontera Comalapa, orgullosamente campesino, promotor de la lucha ejidal, acompañante de comunidades evangélicas y católicas que buscan la igualdad social, es referente en la lucha contra la reforma educativa.
Entre las trampas del SNTE para impedir el triunfo de los democráticos está el poner como horario de la votación de las 9 a las 12 horas. Cada casilla tendrá un aforo de 350 maestros, que deberán sufragar en 180 minutos. Así, si cada profesor ocupa un minuto en votar (tiempo insuficiente), quedarán sin hacerlo la mitad de los inscritos. Por ello los democráticos apelarán a que la ley asienta que, mientras los votantes estén en fila, no se pueden cerrar las urnas.
A un tiempo juez y parte, los oficialistas difundirán el padrón tres o cinco días antes de la votación, de tal suerte que los democráticos no puedan hacer nada para incorporar a quienes queden excluidos.
La planilla Morado ha levantado una verdadera ola de júbilo entre el magisterio estatal chiapaneco, que le ha permitido ir sorteando la inequidad de una contienda electoral amañada. Como dijo la maestra Luvia Ramos al secretario de organización de la 40, ya es hora de que los charros se vayan a su casa.
Twitter: @lhan55