a población mexiquense quiere un cambio de rumbo en la entidad que va, según estudios demoscópicos, de 62 a 77 por ciento (diario Reforma).
Delfina encabeza todas las encuestas al cierre de las precampañas. La estimación mínima fue aportada por El Financiero con 8 puntos de ventaja, mientras otras le otorgan hasta 25 puntos. Muchas de éstas con metodologías cuestionadas. Reforma acaba de reportar 14 por ciento, un promedio razonable. En una encuesta en vivienda con identificación, la metodología más confiable arroja que Delfina tiene 51 por ciento de las intenciones del voto, mientras Alejandra del Moral tiene 41 por ciento y el ausente Juan Cepeda sólo cuatro. La encuesta se aplicó del 14 al 20 de febrero. Registra también que cerca de 30 por ciento de los votantes aún duda por quién se decantará. Pese a la cómoda ventaja en precampañas, todos esperan una elección muy competida y muy probablemente judicializada.
La pregunta de fondo es quién representa el cambio. ¿Morena y su candidata Delfina Gómez? O el PRI que en el Edomex es gobierno y a escala federal junto con sus aliados es oposición. Morena podría verse beneficiada por esa aspiración, es parte central de su oferta política, pero hay incertidumbre por los malos resultados de los municipios que Morena gobernó en 2018 y que perdió en las intermedias de 2021. Así como en el desgaste natural de cuatro años del obradorismo en el poder.
Del Moral carga un lastre negativo y es la percepción que la ciudadanía tiene del PRI vinculado a la corrupción y a una gestión mediocre de Alfredo del Mazo. La candidata también del PAN arrastrará los reproches sociales de García Luna como un alto narcofuncionario del gobierno calderonista.
El PRI mexiquense es distinto al PRI nacional. Alito se ha encargado no sólo de fragmentar al partido, sino de desprestigiarlo más con su bochornoso comportamiento de corrupción y de vulgaridad. Desde 2016 el PRI a escala federal ha perdido territorialidad geopolítica; apenas conserva tres entidades. Precisamente la joya de la corona, el Edomex, enfrenta a su más poderoso adversario.
El caso del PRI mexiquense, como decíamos, se cuece aparte. Detrás está la sombra del grupo político más poderoso más del país: el llamado Grupo Atlacomulco. Cuenta con una amplia militancia disciplinada y experimentada. Mucho dinero y, sobre todo, posee el control del gobierno local que en periodos electorales se transforma en gran maquinaria electoral, hasta ahora invencible. No es casualidad que el PRI haya conservado el poder desde hace 94 años en la entidad. Por otra parte, el PRI y sus aliados, PAN y PRD, tuvieron en 2021, mejor desempeño en la pasada elección intermedia que Morena y sus aliados.
Su candidata Del Moral se perfila joven, dinámica y enjundiosa. Con determinación quiere defender al Edomex de la amenaza populista de Morena. Hasta ahora, sus posicionamientos han sido reactivos y deconstructivos. Cómo va a integrar este deseo de cambio cuando porta el pesado lastre del PRI. Alejandra del Moral no ha presentado un proyecto de estado para la entidad, ni se ha desmarcarcado de los grandes lastres de su partido ni de personalidades manchadas por la corrupción. Fue sorprendente y contradictorio el mensaje que envió fotografiada, levantada de las manos, de un lado por Alito y del otro por Arturo Montiel, dos personajes hermanados con corrupción voraz. Su gran reto es construir una narrativa propia de cambio desde la continuidad. O romper con la imagen vetusta y carcomida del viejo PRI mexiquense.
Si la coalición Va por México en el Edomex es derrotada en la entidad, se viene el juicio final para el tricolor en la batalla electoral. El PRI afrontará su sobrevivencia tanto a escala estatal como nacional. Si pierde la elección entrará en un tobogán de extinción. Así de contundente. La elección a gobernador no es una edición más, en definitiva: el PRI se juega su disolución.
Muchos siguen dudando del bajo perfil del gobernador Del Mazo y lo interpretan como señal de la entrega de la plaza. Sin embargo, los hechos hablan. Y apuntan a que el PRI va con todo para preservar el poder en el estado de México. No es casualidad que todos los ex gobernadores, salvo Peña Nieto, acudieron al cierre de la precampaña. Las cabezas visibles del Grupo Atlacomulco. Ir con todo para prolongarse en el poder, representa actualizar viejas prácticas de la tradición priísta del fraude, guerra sucia y el derroche de recursos. Otros esgrimen una tercera opción: que AMLO, entregue la plaza a los atlacomulcos a cambio de acuerdos en actuales y futuras reformas constitucionales y pactos que le allanen el camino a Morena para las presidenciales. ¿Tiene el PRI dicha fuerza para negociar? O, más bien, ¿Morena distingue al PAN como el verdadero enemigo a vencer en 2024?
Delfina y Alejandra; alguna de ellas gobernará el Edomex. Una de las entidades con la cultura patriarcal como atolladero y misoginia extrema. No es fortuito el alto grado de violencia contra las mujeres y feminicidios. Que el estado de México sea gobernado por una mujer es un suceso trascendente y hasta revolucionario.