Bajos de Coyula es una comunidad rural costera de Oaxaca, donde sus habitantes han aprendido a aprovechar los recursos naturales y sociales, y sobrevivir después de que el gobierno mexicano expropiara, en 1984, sus predios para proveer al Fondo Nacional de Fomento al Turismo, de las tierras requeridas para el desarrollo del Centro Integralmente Planeado Bahías de Huatulco. Las tierras, que eran comunales, se convirtieron en tierras federales con vistas a su privatización en favor de inversionistas nacionales y extranjeros, lo cual generó incomodidad y una respuesta reactiva por parte de los pobladores locales, quienes se han negado a abandonar el territorio que siguen considerando propio por herencia.
Ante la incertidumbre y el reconocimiento de que el desarrollo turístico de Bahías de Huatulco no les estaba beneficiando en ningún aspecto, en 2008, un grupo de pescadores de Coyula se organizó para constituir una cooperativa; en ese entonces, se toparon con varias dificultades, visitaron organizaciones, oficinas, actores políticos y académicos; de algunos recibieron apoyo y orientación y de otros indiferencia, aun así, en 2010 se constituyeron legalmente en la Cooperativa de Producción Pesquera Binni Nizado S.C. de RI. de C.V., al mismo tiempo pasaron a formar parte del Registro Nacional de Pesca y Acuacultura; sin embargo, tuvieron que esperar seis años para poder recibir, en 2016, los permisos de extracción tras empecinarse y superar diversidad de retos y dificultades impuestas por el sistema burocrático.
Así, aprovechando los recursos disponibles en su territorio, la comunidad ha tenido que experimentar, equivocarse, revisar sus planes y volver a experimentar. Actualmente, las cooperativas existentes están ayudando a otras más recientes a constituirse, orientándolas y guiándolas. Aseguran que la experiencia les permite ahora entender y comprender la importancia del cooperativismo y para qué sirve. Además de la pesca, las cooperativas están diseñando estrategias y actividades que impulsan la actividad turística y posicionan a Bajos de Coyula como uno de los sitios favoritos en Huatulco para visitantes locales y regionales.
Hoy en día, después de más de 15 años de trabajo colaborativo, los cooperativistas pesqueros, quienes además involucran a otros actores de la comunidad como restauranteros, dueños de pequeños alojamientos, artesanos, agricultores y comerciantes; están conscientes de sus logros y se enorgullecen, por ejemplo, de la Feria del ostión que nació en 2019 con dos objetivos principales: el primero para darse a conocer como destino a la localidad, y el segundo para demostrarle al gobierno que estaban respetando los permisos de extracción y las vedas. Los retos también los tienen claros, en palabras de Camilo Mendoza, socio de la Cooperativa de Producción Pesquera Binni Nizado, deben “mejorar su capacidad de organización […],ser responsables con los residuos que se generan por la actividad turística y pesquera […], respetar la flora y la fauna, permitir la reproducción de las especies [y] capacitarse”.
La práctica turística en Bajos de Coyula no ha sido fácil, pero es importante para la comunidad; de acuerdo con el testimonio de Hilaria Ortiz, conocida como Doña Lala, “es muy bonito dedicarse al turismo, mejora tu economía y tienes posibilidades de vivir bien, puedes darle una mejor calidad de vida a tus hijos, además puedes tener la oportunidad de dar empleos a la comunidad a raíz que los negocios van creciendo”. Por su parte, Yesenia Ortiz (prestadora de servicios turísticos) opina: “el turismo es importante para la comunidad porque si el turismo no entra, el productor no puede vender sus productos como el limón, el plátano, todo lo que se produce aquí. El turismo beneficia a todos: a los pescadores, a los restauranteros, a los artesanos, a los taxistas”.
A partir de lo anterior, se considera entonces que las diferentes formas de organización comunitaria son mecanismos para que la comunidad desarrolle acciones en la búsqueda de soluciones a problemas comunes y para la mejora de sus medios de vida. Esto representa un reto para las comunidades e implica la adaptación, y no la resistencia, ante las nuevas dinámicas que trasforman sus territorios.
Se agradece a los diferentes actores locales de la comunidad de Bajos de Coyula por compartir sus experiencias: José, Rubén, Bricio, Camilo, Jorge Rojas, Ricardo Blas (pescadores y miembros de cooperativas pesqueras), Doña Laya y Doña Lupe (restauranteras), Manuel Tenorio, Yesenia Ortiz e hijos (prestadores de servicios turísticos); gente amable, trabajadora y de lucha, gente que sabe hacer frente a sus adversidades. •