La derecha latinoamericana actual es la misma que la del pasado, sólo que más simuladora, consideró ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia mañanera, y señaló que los grupos conservadores en el continente impulsan actos antidemocráticos, como la remoción de Pedro Castillo de la Presidencia en Perú, que definió como el equivalente a lo que eran antes los golpes de Estado militares, nada más que con otros medios.

Dijo que la derecha contemporánea tiene la misma política, sólo que encubierta con un discurso supuestamente democrático y en favor de la libertad.

En Chile, ejemplificó, ya no está Pinochet, pero sigue existiendo ese pensamiento. Quienes representan la derecha en Chile actual son admiradores de Pinochet.

Agregó que los grupos conservadores son racistas y “se sienten superiores, actúan de esa forma y esto no sólo son sectores medios o las élites económicas, sino también el periodismo y la intelectualidad.

Por ejemplo, lo que hicieron en Perú. Eso fue un acto autoritario, antidemocrático, derechista. Es el equivalente a lo que eran antes los golpes de Estado militares. Igual, nada más que con otros medios. Por ejemplo, hay golpes de Estado que se preparan en la actualidad con la manipulación mediática, con el control que ejercen los grupos económicos, las oligarquías de los medios de información.

Añadió que la ultraderecha tiene una internacional del conservadurismo, se agrupan en Argentina con los de España, los de México, de Estados Unidos, invitan a (Mario) Vargas Llosa, a (Enrique) Krauze, a otros intelectuales de ese corte para hablar de que hay que enfrentar el populismo. Porque para ellos, cuando un gobierno atiende a los jóvenes, a los más necesitados, lo consideran populismo; cuando se trata de rescatar a banqueros, a grandes empresarios, a eso le llaman fomento o rescate.

No obstante, la derecha tiene cada vez menos influencia porque la gente está mucho más despierta, más consciente y eso es muy bueno porque les pueden mentir una vez, dos veces, pero no todo el tiempo.

Afirmó que le dieron mucho gusto los triunfos electorales de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil y de Gabriel Boric en Chile, porque en esos países “había un enfrentamiento de dos grupos, de dos corrientes distintas, derecha e izquierda. Pero en Chile, y es un pueblo que yo respeto mucho, les dio miedo lo que ofrecía la derecha, les dio miedo. O sea, hasta vamos a decir gente moderada, centrista, porque los planteamientos eran más radicales en el discurso que lo de Pinochet.

“Lo de Pinochet fue el horror, eso no se compara, pero el discurso era así, clasista, racista y eso llevó a que la gente dijera: ‘No, cómo vamos a retroceder’. Eso está pasando en toda América Latina.”